El primer debate electoral de las autonómicas vascas ha supuesto un estreno, cuanto menos, 'agridulce'. Sin la presencia de los dos principales candidatos a lehendakari, Imanol Pradales por el PNV y Pello Otxandiano por EH Bildu, el encuentro a siete de RTVE celebrado en Bilbao, y donde tampoco ha estado la candidata de Podemos, Miren Gorrotxategi, ha sorprendido por el tono y la compostura de sus participantes. Una disputa que ha comenzado con las condolencias casi unánimes de los invitados por la muerte del lehendakari José Antonio Ardanza, y donde los jeltzales, por momentos, se han encontrado solos y arrinconados, incluso, por el PSE-EE, su socio de Gobierno.
Con el candidato por Álava como representante, Joseba Díez Antxustegi, los nacionalistas vascos han aguantado como han podido el aluvión de ataques que el resto de formaciones han lanzado nada más comenzar el debate. Sin Otxandiano, EH Bildu ha optado por la candidata por Gipuzkoa, Nerea Kortajarena; y Podemos, en vez de a Gorrotxategi, ha contado con Juantxo López de Uralde, fundador de Alianza Verde -la otra parte de la coalición morada- y cabeza de lista por Álava.
El resto de los partidos sí han contado con sus respectivos candidatos a lehendakari: Eneko Andueza por el PSE-EE, Javier de Andrés por el PP, Alba García por Sumar y Amaia Martínez por Vox. Todos ellos protagonistas, en su justa medida, de un encuentro que desde su primer bloque, el relativo a Osakidetza, se ha tornado complicado para el enviado por el PNV, a quien se le ha notado la falta de experiencia en comparación a sus rivales políticos.
Nada más comenzar, el enviado en sustitución de Pradales, cabeza de lista por Álava, se ha encontrado a la defensiva, pero conforme ha ido avanzando el debate la discusión se ha ido generalizado y se ha convertido en un 'todos contra todos'. Especialmente en el segundo punto, donde la conversación ha girado en torno a la vivienda, y que se ha convertido en un choque entre las políticas de la izquierda -PSE, Bildu, Sumar y Podemos- y las de la derecha -PNV, PP y Vox-.
Candidatos y representantes de los partidos han ido de menos a más, protagonizando varios cruces que, en varios casos, han dejado a algunos de los intervinientes sin tiempo para seguir defendiendo sus posturas. Algo que les ha ocurrido tanto a Díez Antxustegi como a Kortajerena, que por momentos no han podido responder a los ataques y alusiones del resto de participantes.
Perfil propio ante el PNV
Pese a su falta de experiencia, el representante jeltzale ha conseguido salvar los muebles. Algo especialmente complicado sobre todo en los momentos donde Andueza se ha unido al resto de formaciones para atacar la gestión del PNV. De hecho, en algunos momentos parecía querer mostrar que su partido no ha sido parte del Ejecutivo autonómico en los últimos ocho años.
El candidato socialista ha querido marcar un perfil propio para tratar de callar a aquellas voces que le presentan directamente como un candidato a vicelehendakari y dan ya por hecho un acuerdo de Gobierno entre el PSE-EE y el PNV. Así, Andueza ha protagonizado varios choques con el representante de la formación jeltzale. Entre ellos uno especialmente intenso en el último bloque del debate, el referido a los pactos, el modelo territorial y la memoria.
Aquí, ya afrontando el final del encuentro Díez Antxustegi ha asegurado que hasta el 22 de abril, pasada la jornada electoral el tema de los acuerdos es algo secundario. Una afirmación que ha servido al candidato del PSE para achacarles a los nacionalistas vascos que todavía no ha cerrado la puerta a la opción de un pacto con EH Bildu. Una propuesta que lanzó Otxandiano al inicio de la precampaña para abrir en el Parlamento vasco una gran mayoría abertzale e independentista.
En este momento, el representante jeltzale y el candidato socialista han elevado el tono, protagonizando un choque donde el sustituto de Pradales ha insistido en que la decisión del PSE-EE sobre un pacto con la izquierda abertzale no llegará de la mano de Andueza, sino que será el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien decida si mantener una coalición como hasta ahora, u optar por la estrategia seguida en Pamplona, donde la izquierda abertzale desbancó a la alcaldesa de UPN, Cristina Ibarrola, para poner un Ejecutivo de Bildu con Joseba Asiron a la cabeza y con el apoyo del Partido Socialista de Navarra.
Las grandes batallas del 21-A
Nada más empezar el debate, en el punto sobre Osakidetza, todos los partidos, sin falta, han usado al PNV como diana. Aquí, De Andrés y Díez Antxustegi han protagonizado un duro choque respecto a la situación actual de la sanidad vasca, en una discusión donde la representante de Bildu, Nerea Kortajarena, se ha unido fugazmente al candidato popular. Ambos, en uno de los pocos momentos donde han coincidido, han acusado a los jeltzales de ser responsables de la decadencia del servicio público vasco de salud, mientras estos se jactaban de que es "la mejor" del Estado.
Durante este punto, el candidato del PP y el del PSE han tenido su primer encontronazo -al que han seguido otros muchos durante el resto del debate. En este caso la disputa ha girado en torno a la presencia de médicos extranjeros en la sanidad pública vasca y la necesidad de exigir ciertos perfiles lingüísticos a los profesionales de este sector.
En este bloque el resto de canidatos y representantes han quedado algo 'eclipsados' por los choques entre socialistas, populares y nacionalistas vascos. López de Uralde ha usado sus primeros minutos para hacer un alegato sobre la urgencia del cambio climático y la necesidad de que este tema cuente con un punto propio en futuros debates; mientras que Amaia Martínez ha sacado a relucir el tema de la seguridad y la inmigración ilegal en Euskadi. Dejando caer que han sido las políticas migratorias de PNV, EH Bildu y PSE las que están aumentando la sensación de inseguridad en el País Vasco. Incluso ha llegado a pedir la “expulsión inmediata” de las personas inmigrantes “que cometieran delitos graves” o hicieran de los delitos leves “su modo de vida”.
Por otra parte, en el momento de hablar sobre vivienda, el debate se ha convertido en una batalla sin socios donde prácticamente todos los participantes han discutido entre sí. Un punto donde Kortajarena y García han tomado alto más de protagonismo y que, precisamente, se ha 'comido' casi todo el tiempo de los partidos en ese segundo bloque. De hecho, la mayoría de partidos a pesar aprovecharon sus tres minutos para hablar sobre el segundo tema de este espacio, la educación. Un punto que durante el debate pasó completamente desapercibido.