Alberto Alonso, director de Gogora
Alberto Alonso, sobre el caso Cerdán: "Me duele ver a mi partido arrastrado por el fango"
Alberto Alonso, director de Gogora y con una larga trayectoria como militante del PSE, explica su visión sobre la actualidad política
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Alberto Alonso, director del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora) y militante del PSE, repasa su primer año al frente —la primera vez que lo dirige el PSE—, defiende la solidez del gobierno entre PNV y PSE en el primer año de legislatura pese a las discrepancias, y se pronuncia sobre el caso Koldo.
- ¿Cómo valora el primer año de legislatura del Gobierno de coalición entre PNV y PSE?
- La coalición entre el PNV y el PSE tiene una larga tradición en Euskadi. De hecho, el año que viene se cumplirán 90 años del primer Gobierno vasco en coalición entre el PNV y el PSE, junto a la izquierda republicana. Creo que la sociedad vasca asume desde hace muchos años la idea de gobiernos en coalición.
- ¿Qué ventajas cree que tiene un gobierno de coalición como el que forman PNV y PSE en Euskadi?
- La principal ventaja es que se parte de un acuerdo sobre lo que se quiere hacer y después se deja margen para la discrepancia. Hay una hoja de ruta, un programa común y un compromiso firme que orienta a la acción. Esto es positivo porque nos centramos en cumplir esos compromisos de gobierno. Al mismo tiempo, lo que queda fuera de ese acuerdo sigue siendo motivo de discrepancia propio entre dos partidos tan distintos como el PNV y el PSOE.
- A lo largo de la legislatura han surgido diferencias en temas como la inmigración, el TAV o el euskera. ¿Cómo valora la colaboración entre PNV y PSE pese a esos desencuentros?
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Tenemos diferentes formas de ver muchas cosas, lo que es legítimo, necesario y positivo, porque la uniformidad solo se da en las dictaduras, mientras que la democracia implica pluralidad. El PNV y el PSE tienen sensibilidades distintas, no solo en lo identitario —que quizá es la mayor diferencia—, sino también en cuestiones más sociales como la migración.
Por eso es tan importante el acuerdo de gobierno: es la base sobre la que trabajamos. Luego, cada partido tiene sus propias posturas que se debaten en la casa de todos, en el Parlamento vasco. Lo que debemos proteger y poner en valor es ese acuerdo de gobierno. Eso es a lo que nos hemos comprometido y que estamos decididos a seguir impulsando.
- Usted es el primer militante del PSE al frente de Gogora, un cargo que hasta ahora había recaído siempre en el PNV. ¿Cómo valora este primer año al frente?
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En lo personal ha sido un año muy intenso. Es un tema muy delicado y sensible. Trabajamos con personas que arrastran heridas, muchas de ellas aun sin cerrar. Eso exige empatía, sensibilidad y mucha responsabilidad.
Este año Gogora cumple ya diez años, por lo que es un organismo con tradición, costumbre y un gran equipo técnico. Desde mi llegada, solo hemos hecho pequeños ajustes, reenfocando algunos temas que entendíamos que merecían de una nueva reflexión no solo porque lo iba a empezar el PSE, sino porque los trabajos en los que estaba inmerso Gogora estaban ya casi terminados: el inventario de víctimas del franquismo, de la Guerra Civil, de los presos… Todo eso estaba ya en una fase terminal.
A la vez, la aprobación de la nueva Ley de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi en 2023 nos marca un hito y una hoja de ruta clara, con nuevas tareas y labores.
- El secretario general del PSE, Eneko Andueza, ha asegurado que no habrá ramificaciones del caso Koldo en Euskadi. ¿Piensa igual?
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Decía mi madre que mi problema es que tengo mucho mundo interior. Yo vivo en lo mío. Yo toda esta gente y todas estas cosas… me resulta muy ajeno. Quien me conoce sabe que cuido a los míos, y que estoy bastante lejos de ese otro mundo.
Lo que sí puedo decir es que me duele mucho ver cómo el nombre de mi partido esté arrastrado constantemente por el fango y por este tipo de cosas tan cutres. Y, sobre todo, cuando muchos compañeros estamos trabajando en favor de la sociedad. Estas cosas desaniman mucho.
Me une una buena amistad con Andueza, y si él dice que no habrá ramificaciones en Euskadi, le creo y lo espero de verdad porque para quienes estamos trabajando día a día sería descorazonador.
- ¿Qué cree que debería ocurrir con los implicados en el 'Caso Koldo'?
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Lo triste es que hayamos tenido que echarlos. Que no se hayan ido por sí mismos. Las grabaciones están ahí, y yo creo que lo mínimo que nos deben es una disculpa. Y sobre todo a todas por los comentarios machistas y horripilantes que han hecho.
Además de asumir responsabilidades, deberían reconocer todo lo que han cogido y devolverlo. Que tenga que ser un juez quien les diga: “Oiga, esto lo ha robado”... Ojalá no haya más implicaciones.