Sánchez se topa con el PNV más incisivo pese a que la sombra de Cerdán amenaza a Euskadi

Sánchez se topa con el PNV más incisivo pese a que la sombra de Cerdán amenaza a Euskadi

Política

La legislatura entra en un sumidero que arrastra a PNV y Bildu en la resistencia de Sánchez

Es difícil pronosticar cuántas etapas de montaña tendrá que seguir pedaleando el inquilino de La Moncloa

Más información: El PNV propone restricciones a los pseudoperiodistas

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La legislatura más incierta de toda la Democracia acaba de cumplir dos años en un mandato político en el que, hasta ahora, Pedro Sánchez ha conseguido sortear y zigzaguear todos los obstáculos que hacían imposible, en 2023, su permanencia.

Sin presupuestos Generales del Estado, con la Ley de Amnistía ya constitucional según el máximo órgano de garantías, con Salvador Illa al frente de la Generalitat y el PSE co-gobernando en Euskadi con Imanol Pradales, con los antiguos socios de Podemos hoy en abierta oposición a casi todo lo que emana del Ejecutivo PSOE-Sumar y con una bomba de relojería de detonación retardada en forma de audios de Koldo García y Víctor de Aldama y causas de corrupción que salpican a los dos últimos secretarios generales del Partido Socialista. A los dos últimos escuderos de Pedro Sánchez. 

Y pese a todo, la legislatura se mueve. Avanza. ¿Hacia dónde? Es difícil pronosticar cuántas etapas de montaña tendrá que seguir pedaleando el inquilino de La Moncloa a quien Aitor Esteban ha lanzado esta semana otro serio aviso. Y no es el primero. El presidente del Euskadi Buru Batzar explicó este miércoles que el Gobierno está en situación de “bloqueo” y que se está empezando a conformar “una mayoría negativa”.

Un sumidero político

Roto el bloque de la investidura, con Podemos votando en el mismo sentido que PP y VOX en decisiones como el decreto antiapagones, lo que viene no es sino un sumidero político en el que todos los socios y supuestos socios que orbitan en torno a Sánchez se van a ver tentados, cada vez con más fuerza, de elevar el precio de su apoyo político y amagar con sumarse al bloqueo, en unas ocasiones, y al impulso y reactivación, en otras. 

No deja de ser curioso que, en menos de diez días, el Gobierno pueda presumir de tener apretadas las filas y cerrados los apoyos, como se pudo visibilizar en el pleno sobre la corrupción, y saborear a la vuelta de la esquina el amargo trance de otra votación clave perdida en las Cortes.

¿Se puede vivir así otros años más? Sánchez se ve fuerte para aguantar hasta 2027, sigue repitiendo el mantra de que agotará la Legislatura, y el manual de resistencia volverá a escribir otros capítulos de alta tensión. Política y eléctrica.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PNV, Aitor Esteban

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PNV, Aitor Esteban Zipi EFE

Para Esteban, esta actitud de algunos de los socios, como Podemos y Junts, es rocambolesca. “Me parece tremendo que, haciéndose una apuesta por la gobernabilidad y por la investidura, desde posiciones muy diferentes, ni siquiera de algunos partidos haya habido voluntad nunca de dar un presupuesto al Gobierno”, lamentó en el líder del PNV en la Cadena Ser.

Podemos “no ha querido darle oxígeno! al Gobierno y Junts, dijo, está centrado en su “agenda muy propia” en la que no existe “todo lo que no toque esa agenda".

Estamos por tanto, “en un momento de difícil pronóstico” y enorme inestabilidad. Donde esa posible mayoría negativa puede amargar el largo y sinuoso camino de los dos años que restan. Claro que, por barrios, lo que un día es alegría, el otro se torna en franca preocupación.

Que se lo digan al Partido Popular, que tras ver a Sánchez tendido en la lona y en situación de K.O. ha visto ahora cómo su gran ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, mano derecha de Rajoy y hombre de confianza de Aznar, pone nombre a otro supuesto gran caso de corrupción en el BOE. Y que una de sus jóvenes promesas, Noelia Núñez, recién nombrada por Núñez Feijóo para la nueva dirección del PP, ha tenido que hacer mutis por el foro. Otro renglón torcido por mentir sobre sus estudios. Y qué necesidad…

En clave vasca

El PNV está lejos de Feijóo (el “Dr Jekyll y Mr Hyde” -según Esteban- “no hay quien les entienda”, dijo recientemente) pero tampoco Sánchez se puede fiar al cien por cien de lo que los nacionalistas vascos hagan en los dos años que restan. De momento, para atarles en corto, ha desbloqueado la Ley de Secretos Oficiales que Esteban reclamó en su última intervención en el Congreso de Madrid. 

Y mientras tanto EH Bildu se comporta como uno de los aliados más estables y sólidos del grupo de Patxi López. Esta semana, los de Mertxe Aizpurua han votado a favor de la reforma del reglamento del Congreso para expulsar a Vito Quiles y otros pseudoperiodistas y han presentado un texto legal para legislar sobre los pisos turísticos de alquiler vacacional y han presentado enmiendas para que los candidatos a jueces puedan hacer sus exámenes de acceso en euskera.

Ellos en su carril vasco, conduciendo al margen del ruido político que polariza el interior de la M30 y que aboca cada pleno a un posible derrape en cada curva. 

En este zigzag político los que parecen fiables a veces no lo son tanto y lo que parecen lejanos, a veces son los más fieles apoyos. Incertidumbre total para un Pedro Sánchez que encara la canícula de agosto con el Manual de Resistencia en la mesilla de noche.