Así es el "sustrato ideológico" que explica los ataques a la Ertzaintza en Ordizia o Azpeitia

En las últimas semanas, hemos asistido a una serie de incidentes en distintos municipios vascos, en los que la Ertzaintza y la Policía Local han sido agredidos. 

El primero, en Hernani. La noche de San Juan, la Ertzaintza tuvo que intervenir en dos ocasiones para evitar que 200 personas llevasen a cabo un linchamiento de un hombre que acabó refugiado en el Ayuntamiento de este municipio. 

A mediados de julio, tuvo lugar, esta vez en Ordizia, un suceso similar, en el que cuatro ertzainas resultaron heridos —dos de ellos de gravedad— al intervenir en una pelea. 

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Hace apenas una semana, otro nuevo incidente ocurrió en Azpeitia. Una multitud de gente increpó y agredió a agentes de la Ertzaintza y la Policía Local, después de que una patrulla identificara y sancionara a un joven por realizar una pintada en el mobiliario urbano.

El último ejemplo, en Vitoria hace escasos días, donde unos graves disturbios dejaron cuatro detenidos y siete policías heridos en una protesta de GKS, coordinadora socialista que aglutina a juventudes comunistas y disidentes de la izquierda abertzale.

Este sábado, como colofón, en el frontón de Hernani aparecían unas pintadas con dianas y amenazas de muerte a la Ertzaintza y al consejero de Seguridad, Bingen Zupiria. 

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Profundo sentimiento nacionalista

Una serie de sucesos que no son aislados, que siguen un patrón común y que están muy ligados al componente nacionalista.

"Se nos olvida que aquí también un segmento significativo de nuestros jóvenes está cerca de un discurso nacionalista, de un discurso antiforastero, antiespañol".

"Y ese discurso se puede categorizar en un universo ideológico con un componente de izquierdas muy profundamente transversalizado por un sentimiento nacionalista", explica el antropólogo y profesor de Deusto, Jesús Prieto.

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Además, este experto cree que el pasado terrorista que ha vivido Euskadi, también ha dejado rescoldos en este sentido. "Ese pasado terrorista afortunadamente está superado, pero ese universo ideológico no se ha disuelto", señala Prieto. 

"Lo que estamos viendo es que el descontento social que parece que sienten los jóvenes, se mezcla con un discurso que es alentado por alguien. Un discurso que tiene un sustrato fértil, un sustrato abonado para que pueda crecer". 

En este sentido, el antropólogo pone como ejemplo la kale borroka de hace años para entender lo que ocurre actualmente. "Durante muchos años los jóvenes que practicaban la kale borroka aquí, no es que de la noche a la mañana quisieran practicarla". 

Es en este punto, es donde entra un factor clave: alentar. En aquel entonces, existía "una serie de alientos y un sustrato ideológico que permitía que ese discurso de los jóvenes pudiese crecer y justificase sus acciones violentas". 

"Ahora ese componente de acción violenta, como poner una bomba o dar un tiro en la nuca a un vecino, ha desaparecido, pero el sustrato está ahí y quienes los alientan también. Todos estos verdaderos creyentes es imposible que tengan esa fe si no hay unos sacerdotes que están constantemente predicando el evangelio a ese grupo humano", asegura.

Jesús Prieto Mendaza / Osatuberri Osakidetza

“Pensamiento totalitario y fanatizado”

Y si en pocas semanas hemos visto cómo estos sucesos se han incrementado, Jesús Prieto considera que no van a disminuir. "Lamentablemente, estamos en un periodo en el que estamos viendo que estos rebrotes identitarios están funcionando y están teniendo éxito en toda Europa". 

Y en particular, sobre nuestra juventud “que abraza ese pensamiento y esa ideología antisistema, puede también ir a más”. 

Prieto insiste en que, mientras exista ese "pensamiento totalitario y fanatizado" seguiremos viendo este tipo de actos en las calles de Euskadi.

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