Los dos estatutos de Euskadi

El nacionalismo vasco se empeña en resucitar la posibilidad de aprobar un nuevo estatuto para Euskadi. Esta semana, el líder del PNV, Aitor Esteban, sorprendía al decir que iba a acelerar la cuestión para llegar a un acuerdo con partidos vascos antes de que acabe el año.

Esto es curioso porque hasta ahora parecía que desde la llegada de Esteban a Sabin Etxea se habían frenado y enfriado esas conversaciones que había iniciado, sobre todo con Bildu, su predecesor en el cargo, Andoni Ortuzar.

Lo que más persiguen los nacionalistas en este caso es el reconocimiento de Euskadi como nación. Esteban ha reactivado la cosa, como decimos, y en buena medida ha recogido el guante el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, que ha dicho que hay opciones de acuerdo.

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Veremos qué negocian exactamente los partidos vascos. Es evidente que cuantas más personas haya en la mesa, mejor. Porque cuantos más partidos de diferentes sensibilidades, y no sólo nacionalistas, puedan llegar a un acuerdo, lo pactado será más acorde a lo que piensa la mayoría de la sociedad vasca.

Cabe preguntarse si este es el momento o no para sacarse este tema de la chistera. No parece que con la debilidad del Gobierno central vaya a ser fácil una reforma estatutaria y menos de forma exprés, cuando hay que llegar a un acuerdo primero en Euskadi y luego enviarlo a las Cortes en Madrid.

Creo que en este momento es más sensato, como también está haciendo en paralelo el Gobierno de Imanol Pradales, pedirle al Ejecutivo central que termine de transferir las competencias pendientes del Estatuto de Gernika. Porque eso es un compromiso ya firmado para esta legislatura.

Parece evidente que hay que acelerar en esa cuestión. Y las palabras sobre el nuevo estatuto parecen más fuegos de artificio porque, insisto, no parece el mejor momento para hacerlo y menos aún con tanta prisa.

Les iremos contando, por supuesto, por dónde discurren los dos estatutos, pero esperamos que todos los partidos actúen con responsabilidad y negocien pensando en lo que de verdad importa a la gente que, como siempre decimos aquí, es pensar menos en banderas y más en Osakidetza, en servicios públicos o en vivienda para, en definitiva, vivir mejor.

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