Cientos de turistas y bilbaínos pasan cada día por la Gran Vía de Bilbao. Una zona de 1.500 metros de longitud llena de tiendas, bancos, cafeterías, farmacias y un largo etcétera alzadas sobre las míticas baldosas de tipo roseta y por la que se hace un viaje a través del tiempo. Porque no, ya no es lo que era. 

Todo comenzó con Don Diego López de Haro o El Intruso, el Señor de Vizcaya. Él fue quien fundó la ciudad en el año 1.300. Se pueden observar dos esculturas suyas: una en la plaza Circular y un busto debajo del reloj del ayuntamiento de la villa. 

El origen: un viaje a través del tiempo

Al principio, a la Gran Vía se le llamaba la Gran Vía de San Mamés y, según Bilbaopedia, "tuvo varias posibilidades de orientación". Una de ellas era salir de la plaza Circular y llegar a la actual Casa de Miseri­cordia. Pero no se quiso abrir el camino ya que se consideró que no era prudente abrir una calle de 1.600 me­tros dominada por un edificio que "podría ser conquistado". 

El proyecto se redactó al terminar la Segunda Guerra Carlista y se comenzó a urbanizar en 1871. Se llegó a llamar Avenida de los Aliados al tramo entre la plaza de Don Federico Moyúa y la del Sagrado Corazón tras acabar la Segunda Guerra mundial. 

En los años 50, en el número 1, donde se sitúa el edificio del BBVA, estuvo el edificio del Banco de Vizcaya y una casa donde en sus bajos estaba el café Lyon D’or, lugar de tertulias entre famosos. Escritores como Blas de Otero y Luis de Castresana, políticos como José Barceló y Genaro Riestra y el pintor Jorge Oteiza llegaron a disfrutar de su terraza. 

En el número 3, la Madre Camila Parmentier presentó en 1882 "los planos de un edificio religioso y docente". Así, la Iglesia y el Colegio del Sagrado Corazón fueron creados por el arquitecto Francisco de Cubas y González-Montes o Marqués de Cubas. Sobre el colegio se edificó el actual Corte Inglés. En el número 8 se encontraba la Cervecera La Vasco-Navarra, tan popular por sus helados y su cerveza Múnich. Se alzó, en este local, el Café García posteriormente y en este mismo lugar se celebró la "primera reunión de futbolistas del Gimnasio Zamacois, que daría lugar a la fundación de la Sociedad Athletic Club". 

El Noticiero Bilbaíno tuvo lugar en el número 11, en 1904. En el 17 se inauguró la cafetería Isla de Loto en 1951. En el número 19, en este mismo año, se llevó a cabo la construcción de Bilbao-Bizkaia Kutxa (BBK). La pastelería Arrese, en el número 24, sigue en pie desde que la abrieron en la Gran Vía en 1923. Delante del palacio de la Diputación se alzó el cine X Non Plus Ultra. En el número 5 se construyó en 1889, la nueva Diputación sobre los terrenos del antiguo caserío La Rusa. 

En el número 54 se encuentra un edificio de viviendas levantado por el arquitecto Eugenio María de Aguinaga y Azqueta. En el número 62 está una casa de viviendas a la que se le conoce como el Edificio Chávarri, construida por la mujer e hijos del empresario Víctor Chávarri. 

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