Soldados con escopeta en mano y cantineras. Uno de los desfiles y tradiciones más populares de la provincia de Gipuzkoa, celebrada con mucha emoción a ritmo de la música de la banda y entre conflictos. El día 8 de septiembre de cada año es cuando la ciudad de Hondarribia se divide en dos grupos: los que están a favor de la inclusión de las mujeres como soldados en los desfiles y quienes se posicionan a favor del Alarde tradicional en el que las mujeres adoptan el papel de cantineras.
Tensión. Silvidos. Pancartas en contra de las mujeres que desfilan con la compañía mixta. La tradición por delante de todo. Un conflicto que lleva ocurriendo desde hace años. Una celebración con mucha historia.
El Alarde de Hondarribia: su historia
El Alarde es un rito de autoafirmación colectiva y manifestación cultural de Hondarribia que celebra la renovación anual del voto que se hizo a la Virgen de Guadalupe por la retirada de las tropas francesas el 8 de septiembre de 1638 en el marco de la Guerra de los 30 años. Este voto termina el día 10 con un acto religioso para recordar a todos los fallecidos.
Desde 1638, el ayuntamiento se ha encargado de organizar el desfile, aunque entre conflictos. Este decidió no fomentar la inclusión de la mujer en el desfile, pese a las sentencias que le obligaban a permitirlo, según indica la enciclopedia vasca Añamendi.
Ahora se realiza un acto privado bajo el nombre de Alarde del Pueblo, en el que las mujeres que participan son 21 cantineras. Entonces fue cuando nació la compañía que aboga por la igualdad, conocida como Jaizkibel.
El 1 de julio de 1638, las tropas del rey Luis XIII de Francia dividieron la ciudad de Hondarribia. Los vecinos juraron, durante los primeros días, a la Virgen de Guadalupe que si conseguían librarse se lo agradecerían cada año acudiendo a su Santuario de Olearso en procesión. Hondarribia resistió durante 69 días.
La palabra 'alarde' tiene su origen en los hábitos militares africanos y deriva del árabe 'ard-', cuyo significado es "revista de tropas". El origen medieval lo tienen los alardes de armas, pues se crearon escoltas armadas durante esa época en ceremonias públicas. Su función era la de honrar fiestas populares o días sagrados.
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