Hace no mucho escribimos un artículo sobre cómo viajar a Grecia sin salir de Bilbao. En este presentamos el Callejón Zollo, un pequeño cantón que une las viviendas de Alameda Rekalde, Alameda San Mamés y la calle Egaña y al que se accede por el taller de marcos para cuadros Molcris. Un trocito griego pintado de blanco y compuesto por decoraciones artesanas y flores. 

Pero no es el único lugar capaz de transportar a un individuo a la tierra de Homero. También lo hacen los restaurantes de la villa, como uno que se encuentra en la calle Fernández del Campo, 31

Kalí Órexi: un griego con encanto

Los dueños de este pequeño rincón griego, Kalí Órexi ('que aproveche'), llegaron hace cuatro años a la villa. Christina y Christos llegaron con la intención de trabajar en hostelería y es así como nació Labocatorio en 2019. 

A este local no le falta de nada, ya que ofrecen desde desayunos y comidas hasta meriendas y cenas. También disponen de servicio a domicilio y están dispuestos a que el cliente llame para pedirles el plato griego que desee y no se encuentra en la carta. 

El cliente podrá disfrutar de una variedad de platos. Desde empanadas de espinacas y queso, sándwiches y gyros hasta el pastitsio, souvlaki, el plato del día, ensaladas griegas y moussaka, entre otros. Y también de la guinda del pastel, ya que sirven postres griegos tradicionales y elaborados de manera artesana con mucho mimo. No pueden faltar las bebidas tampoco, como el ouzo, tsipouro y el licor de mastija. Los precios son económicos, ya que los platos griegos cuestan 8 euros y los bocadillos se pueden disfrutar por 6 euros. Los postres tienen un precio de 3,50 euros. 

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