Dulces / Freepik

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Sociedad

Este es el dulce vasco favorito de Marta Pombo: lo venden en la pastelería más antigua de Euskadi

En la Euskadi, los dulces no solo son un capricho, sino una parte integral de la cultura gastronómica. Descubre el favorito de las Pombos

2 septiembre, 2024 14:01

Euskadi es una de las comunidades autónomas de España que se distingue por su rica y variada gastronomía, la cual ha ganado renombre tanto a nivel nacional como internacional. La cocina vasca es conocida por su fusión de tradición e innovación, con platos emblemáticos como los pintxos, el bacalao a la vizcaína y el chuletón, que reflejan la calidad de los ingredientes locales y la maestría de sus chefs. La región se enorgullece de sus mercados llenos de productos frescos, sus sidrerías y sus restaurantes con estrellas Michelin, que contribuyen a una cultura culinaria vibrante y apreciada.

La tradición en Euskadi subraya que una buena comida no está completa sin un toque de dulzura al final. Los postres tienen una relevancia especial en la cocina vasca, con delicias como el pastel vasco, la tarta de queso y los goxua, que son esenciales para cerrar cualquier comida con broche de oro. En la región, los dulces no solo son un capricho, sino una parte integral de la cultura gastronómica, celebrada en festivales y reuniones familiares, y reflejan la pasión por ofrecer experiencias culinarias que satisfacen todos los sentidos.

El dulce vasco favorito de Marta Pombo

En particular, el establecimiento resguarda una joya culinaria que deleita los paladares tanto de bilbaínos como de visitantes. Marta Pombo, la influencer esposa de Luis Zamalloa, compartió en su perfil de Instagram su debilidad por esta delicia bilbaína: los bollos de mantequilla.

Las Pombo han realizado su sueño construyendo una casa en Cantabria junto a sus padres. Durante este invierno, disfrutaron de un tiempo por el norte en familia ultimando los retoques de Casa Vaca y la casa familiar del resto de las Pombos. Durante una de las visitas, la familia de Zama sorprendió a Marta con una bandeja de estos característicos dulces de Martina de Zuricalday.

Marta no dudó en admitir que sus suegros la "conocen bien", y según se pudo ver, no es la única de la familia que se deleita con este manjar; su hermana María Pombo también sucumbe ante esta deliciosa joya culinaria.

El bollo de mantequilla, según afirman en Martina de Zuricalday, “es más de Bilbao que el Athletic”. Su singularidad radica en la receta de mantequilla que ha perdurado a lo largo del tiempo, haciéndolos exclusivos de la ciudad. Aunque se han intentado replicar en otras provincias vascas y ciudades de España, ninguna copia iguala la calidad de los que se encuentran en esta pastelería. Estos pasteles han trascendido fronteras, manteniendo su esencia como "de Bilbao de toda la vida", según proclaman con orgullo en su emblema.

Martina de Zuricalday, la pastelería más antigua de Bilbao 

En el corazón de Bilbao se encuentra la joya de la pastelería bilbaína, que es además el comercio más antiguo de la ciudad. Nos referimos a la pastelería Martina de Zuricalday, un establecimiento artesanal y familiar que ha pasado de generación en generación, siendo ahora regentada por la sexta generación. Este negocio, que inició su trayectoria en 1830 como una modesta confitería y chocolatería, ha crecido a lo largo de los años hasta establecerse con éxito con la apertura de cuatro establecimientos, gracias al esfuerzo de una familia unida.

Pastelería de Bilbao / Facebook

Pastelería de Bilbao / Facebook

La pastelería Martina de Zuricalday, con casi dos siglos endulzando la vida de los vascos, representa un ejemplo de la resistencia del comercio local ante diversas adversidades, como las inundaciones de 1983, entre otras. Según se menciona en su portal web, incluso los reyes Alfonso XII y María Cristina solicitaban sus chocolates y azucarillos en el siglo XIX, al igual que el rey Alfonso XIII y la reina Victoria, quienes eran asiduos a sus creaciones dulces en el siglo XX.

Esta pastelería, con una larga historia que ha perdurado hasta el siglo XXI, encarna la tradición, el espíritu y la autenticidad. En el presente, sigue siendo un destino imprescindible para los amantes de la repostería, ya sean habitantes locales o turistas.

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