Aunque el verano ya esté dando sus últimos coletazos, todavía hay muchos que se resisten a despedirse de las vacaciones. Con el calor suave y las primeras señales del otoño a la vuelta de la esquina, es el momento perfecto para planear una última escapada. Para quienes disfrutan de la naturaleza, el senderismo y los paisajes de montaña, Euskadi ofrece un sinfín de opciones, combinando verdes prados, montañas imponentes y pintorescos pueblos que parecen sacados de una postal.
El atractivo de las montañas en esta época del año es innegable. A medida que las hojas cambian de color y las temperaturas se vuelven más frescas, las rutas de montaña se llenan de belleza natural, ofreciendo una experiencia revitalizante para el cuerpo y la mente. Ya sea para una última aventura veraniega o para comenzar con las escapadas otoñales, los amantes del senderismo y la naturaleza buscan destinos alejados del bullicio, donde el silencio de las montañas y la tranquilidad de los pueblos los reconecte con lo esencial. Entre los nombres que se escuchan con más frecuencia, hay un pueblo que está ganando popularidad por su autenticidad y encanto.
El pueblo escondido entre montañas
Ese pueblo es Zegama, una pequeña joya escondida entre Oñate y Alsasua que, sin hacer mucho ruido, se ha convertido en uno de los destinos de montaña más cotizados de Euskadi. Con su aire puro, paisajes de ensueño y un sinfín de actividades al aire libre, Zegama es el destino ideal tanto para los más aventureros como para quienes buscan tranquilidad. Situado en las estribaciones del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, este encantador pueblo está rodeado por montañas imponentes que ofrecen rutas de senderismo para todos los niveles, siendo el Monte Aizkorri la estrella de la región.
En Zegama, no solo los montañistas encuentran su paraíso. Para quienes prefieren una experiencia más relajada, el casco histórico del pueblo ofrece un paseo encantador entre calles empedradas, casas tradicionales vascas y una rica historia que se remonta a siglos atrás. Además, es famosa por albergar una de las maratones de montaña más exigentes y prestigiosas del mundo: la Zegama-Aizkorri. Incluso si no planeas correr, el evento es una oportunidad para disfrutar del ambiente vibrante que invade el pueblo durante la competición. También puedes visitar la iglesia de San Martín de Tours o recorrer el túnel de San Adrián, un paso natural utilizado desde tiempos ancestrales como ruta de peregrinación y comercio.
Qué hacer en Zegama
En cuanto a actividades, Zegama tiene algo para todos los gustos. Si lo tuyo es el senderismo, el ascenso al Aizkorri te recompensará con vistas espectaculares, y para los más experimentados, la travesía por la sierra de Aratz promete una experiencia inolvidable. Pero si prefieres un plan más tranquilo, también puedes disfrutar de paseos por el pueblo, visitar las áreas de recreo cercanas o simplemente sentarte en una de las tabernas locales y degustar la gastronomía vasca en su forma más auténtica.
Zegama es, sin duda, el lugar ideal para quienes buscan una escapada rural en pleno contacto con la naturaleza, lejos de las multitudes y rodeados por la majestuosidad de las montañas vascas.
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