Alerta en las playas vascas ante la aparición de medusas carabela portuguesa

Alerta en las playas vascas ante la aparición de medusas "carabela portuguesa"

Sociedad

Una farmacéutica va directo al grano y explica cómo actuar ante una picadura de carabela o medusa: “Salir del agua y no lavar con..."

La importancia de no tocar nunca a estos animales, ni siquiera si parecen inertes en la arena, por ello, se pide máxima precaución

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En los últimos días, Emergencias Osakidetza ha atendido cuatro casos de picaduras de medusas en las costas vascas, una de ellas confirmada como carabela portuguesa. Los incidentes se han registrado en la Playa de La Concha en Donostia y en la playa vizcaína de Bakio. Dos de los afectados necesitaron traslado al hospital, mientras que los otros dos pudieron ser atendidos en el lugar.

La presencia de estos organismos urticantes ha activado los protocolos establecidos por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, a través de su Dirección de Salud Pública. Dichos protocolos están diseñados para proteger a los bañistas mediante información y medidas preventivas, especialmente en caso de aparición de la temida carabela portuguesa.

Según explican desde el servicio de salvamento y socorrismo, ante el avistamiento de estos animales marinos, se avisa a SOS Deiak y se adoptan diversas medidas: desde la recomendación de bañarse con precaución —indicada por la bandera amarilla acompañada del símbolo de medusas y aviso por megafonía—, hasta la prohibición total del baño mediante la bandera roja y mensajes sonoros advirtiendo de “medusas peligrosas en la playa”.

La playa más sorprendente de Euskadi.

La playa más sorprendente de Euskadi. Mackedwars Flickr

¿Cómo actuar ante una picadura de medusa o carabela portuguesa?

Ante este tipo de situaciones, la farmacéutica Ane Jiménez ofrece una guía clara y práctica: “Aunque visualmente las picaduras son muy parecidas, estructuralmente no tienen nada que ver. Pero la primera actuación sí que es común: en cuanto notamos la picadura, hay que salir del agua y lavar la zona afectada con agua salada. Es muy importante no tocar ni frotar la piel, ya que pueden quedar vesículas sin romper que aún contienen toxinas”.

Una vez fuera del agua, los pasos varían en función del animal que haya producido la lesión. “En el caso de la carabela portuguesa, se recomienda sumergir la zona afectada en agua caliente para calmar el dolor. Por el contrario, si se trata de una medusa común, lo más efectivo es aplicar compresas frías o hielo envuelto en una bolsa de plástico durante unos cinco minutos”, detalla Jiménez.

Además, recuerda que es vital acudir al puesto de socorro más cercano, donde personal sanitario podrá valorar la situación. “Hay que vigilar la evolución de la picadura y, si aparecen síntomas como fiebre o vómitos, es imprescindible estar bajo supervisión médica”, recalca.

Otros tipos de picaduras

Jiménez también alerta de otros animales marinos que pueden provocar picaduras o lesiones en nuestras costas. “Los sabirones, por ejemplo, pueden producir un dolor muy intenso, hinchazón y enrojecimiento. El procedimiento inicial es el mismo: salir del agua, lavar con agua salada y aplicar calor para aliviar el dolor. Además, puede ser necesario tomar un analgésico si el dolor es persistente”.

Pie a punto de pisar erizo de mar / IA

Pie a punto de pisar erizo de mar / IA

En cuanto a los erizos de mar, el enfoque es distinto. “Aquí hablamos de una lesión mecánica. La púa se clava y puede tener toxinas, pero el mayor riesgo es la infección. Hay que retirarla con mucho cuidado, sin romperla, y aplicar antisépticos o pomadas antibióticas. Como siempre, lo primero es ir al puesto de socorro para que nos orienten”.

Desde Salud Pública insisten en la importancia de no tocar nunca a estos animales, ni siquiera si parecen inertes en la arena. Incluso muertos, sus tentáculos pueden seguir liberando toxinas. Por ello, se pide máxima precaución, tanto en el agua como en la orilla.

El mensaje es claro: ante cualquier sospecha de picadura, lo prioritario es salir del agua, lavar con agua salada y buscar atención profesional. Tal y como concluye Ane Jiménez, “el conocimiento y una actuación rápida pueden marcar la diferencia entre una molestia y una complicación médica”.