La mansión y palacio vasco en el que veraneaba Franco. Flickr
La mansión vasca y palacio donde veraneaba Franco, un símbolo de Euskadi: "Más de 3000 m² con jardines y paseos"
Su creación se atribuye al arquitecto francés Adolfo Ombrecht, siendo "uno de los edificios más valiosos de San Sebastián".
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Euskadi enamora a todo el que lo pisa. Este territorio envuelto en naturaleza enamora a todos los nacionales con sus verdes montañas, sus imponentes acantilados y costas y sus pueblos repletos de tradición. La esencia vasca se puede encontrar en cada esquina.
Además, nunca pueden faltar su cultura y gastronomía. Sus variados y elaborados pintxos de los bares y alta cocina reconocida a nivel mundial actúan como imán, pues cada bocado supone una experiencia inolvidable.
Así, todo el que visita este territorio tiene la oportunidad de disfrutar de una región capaz de combinar la historia y belleza con una autenticidad que no es fácil conseguir. No es de extrañar que haya habido personalidades que hayan caído rendidas a su encanto, como los reyes de España o incluso el dictador Francisco Franco, quienes veraneaban o residían en el Palacio de Aiete, en San Sebastián.
Palacio de Aiete, un rincón con encanto
El hermoso palacio de inspiración neoclásica de Aiete o Ayete nació, tal y como señala la web oficial de turismo, Turismo Euskadi, en el año 1878 gracias a los Duques de Bailén en una zona de paso de los peregrinos del Camino de Santiago.
Su creación se atribuye al arquitecto francés Adolfo Ombrecht, siendo "uno de los edificios más valiosos de San Sebastián". En este se puede observar la elegancia y la belleza de finales del siglo XIX.
"Hasta la construcción del palacio de Miramar en 1893 fue residencia de los reyes de España Isabel II, Alfonso XII, María Cristina y Alfonso XIII. Por sus salones han pasado muchos personajes ilustres, como la reina Victoria de Inglaterra o la emperatriz Eugenia de Montijo", apunta la web.
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Asimismo, la capital guipuzcoana sirvió como ciudad de veraneo. De hecho, el palacio fue residencia de Francisco Franco entre 1941 y 1975 y desde este lugar partió para encontrarse con Hitler en Hendaya y en sus salones determinó "el viraje hacia la política estadounidense".
Su presencia fue la que marcó la importancia histórica del edificio, símbolo de San Sebastián hoy día. Como detalla el medio Vozpópuli en su artículo Agosto de 1962: atentado contra Franco en San Sebastián, en los tiempos de monarquía este era el Palacio de Miramar, propiedad privada de Alfonso XIII y construido por María Cristina.
En aquel entonces, el dictador todavía no podía acceder al lugar al no ser Patrimonio Nacional. Así que en el año 1940, el ayuntamiento de la villa "acudió al quite" y compró al conde de Casa Valencia el Palacio de Ayete y "se lo ofreció a Franco". De esta manera, este lo convirtió en su residencia oficial durante los meses de agosto a partir de 1940.
Hubo un año, sin embargo, en el que no acudió por una amenaza de bomba de ETA. La policía habría detectado algo sospechoso y advirtió al autodenominado Caudillo -en realidad, dictador- para que no se acercara a la región vasca.
El palacio en la actualidad
Este, según Turismo Euskadi, se rehabilitó en el año 2010 para convertirse en la Casa de la Paz y los Derechos Humanos. Hoy día el Parque Cultural de Aiete guarda los 3.660 metros cuadrados de la Casa de la Paz y el Centro Cultural. Además, tiene sus jardines y paseos, un espacio para actividades infantiles, un bar, restaurante y pabellón de bonsáis, entre otros.
Este parque sobresale por una vegetación y jardines que enamoran a todos. "Con una extensión de 74.000 metros cuadrados, fueron diseñados por el jardinero real Ducasse formado en Versalles como Arquitecto de jardines", añade.
El Palacio de Aiete, que tiene un centro cultural en la actualidad para impartir actividades, eventos o exposiciones hoy día y cuenta con una biblioteca y centro de documentación, guarda tres plantas y un sótano.
En la planta baja, fiel a su remodelación, conviven ocho salas unidas entre sí. En la primera planta, donde antiguamente estaban las habitaciones, se encuentran las oficinas de la Casa de la Paz y Derechos Humanos. En la segunda planta, dedicada a los servicios y servidumbre, se llevan a cabo los talleres de la Casa de Cultura.
