Nuria, dueña de una administración de lotería: “De cada décimo de Navidad gano un 4,5% bruto, es decir, 90 céntimos”

La Lotería de Navidad está a la vuelta de la esquina. Está a punto de llegar el momento más esperado del año, el punto de partida de la Navidad: la Lotería. Un inicio con las voces y la emoción de los niños de San Ildefonso, un momento sumamente esperado y que resonará durante todos los días en la cabeza de los más pequeños.

Este sorteo es uno de los más deseados durante todo el año y cuenta con la participación de numerosos españoles que buscan suerte. Desde el verano, ya se empiezan a adquirir los primeros décimos en el lugar de vacaciones, lo que hace que la Lotería de Navidad trascienda fronteras.

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La gente ya está realizando sus últimas compras para no perder la ilusión: ¡y si toca! Las administraciones de Lotería no dan abasto; largas colas y, en ocasiones, no hay otra que ampliar la jornada laboral.

Además, es una de las épocas más importantes para cualquier administración de lotería en España, ya que tiene un impacto económico directo en las finanzas anuales. En este contexto, Nuria, lotera de la administración número 7 de Vitoria, ha atendido a Crónica Vasca para hacer un balance de lo que supone el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad.

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A pesar de que el tiempo ya corre en contra de los rezagados porque el día se acerca, es buena señal que en el pequeño local de la calle Independencia, 11, se formen largas colas. Una de las pocas administraciones de “toda la vida” que aún sueña con repartir ilusión y alegría.

Nuria asegura que es la campaña más importante para cualquier administración de lotería en España, no solo por la ilusión que genera entre el público, sino por su impacto directo en las finanzas anuales.

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La miseria de la Lotería de Navidad 

Sin embargo, la vitoriana revela una realidad financiera poco conocida, y es que la venta de un décimo, cuyo precio no ha variado desde el cambio al euro, deja un margen de beneficio ínfimo.

“De cada décimo de Lotería de Navidad el beneficio es del 4,5% bruto, es decir, 90 céntimos por décimo”, subraya Nuria. Una realidad que lleva años sin grandes variaciones, a pesar de que el coste de vida se ha ido multiplicando cada año.

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Los loteros son autónomos y, al igual que Nuria, tienen que hacer frente a los diferentes gastos operativos y obligaciones fiscales que ello conlleva. Por esta razón y por el coste de vida actual, la comisión que perciben los loteros en este sorteo extraordinario es “insuficiente”.

La lotera vitoriana lo tiene claro: “El décimo lleva 21 años con el mismo precio, 20 euros, y simplemente una persona hace 21 años hacía la cesta de la compra y compara lo que costaba y lo que cuesta ahora. Entonces, es imposible; o sea, los gastos han subido muchísimo y las comisiones, salvo 0,50 que nos subieron hace dos o tres años, son las mismas”.

Administración número 7

Trabajo, ilusión y emoción

A pesar de ser el sorteo que más ventas genera, también es el que más trabajo requiere, pero paradójicamente es el que menos paga en términos de comisión, a pesar de que el 4,5% actual fue elevado hace unos años.

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En definitiva, Nuria, al igual que el resto de loteros, opera bajo la sombra de su aliado y, a la vez, mayor enemigo: el Estado; y aunque es un negocio muy esclavo, se mantiene por la tradición familiar y la conexión con sus clientes.

Ya solo queda esperar a que la suerte les sonría y que, en el rincón más pequeño de Vitoria, puedan celebrar con una botella de cava, compartiendo la alegría y la emoción con los vitorianos.