‘Los aitas’, la paternidad revisitada con el sello del donostiarra Borja Cobeaga.

‘Los aitas’, la paternidad revisitada con el sello del donostiarra Borja Cobeaga. SS

Cultura

‘Los aitas’, la paternidad revisitada con el sello del donostiarra Borja Cobeaga

La última comedia del guionista de ‘Ocho apellidos vascos’ se desarrolla en el Bilbao de 1989

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Borja Cobeaga debutó como director de largometrajes de ficción en 2009 con la alocada 'Pagafantas' y desde entonces -y ya antes como guionista y cortometrajista- su elemento natural ha sido la comedia, donde el guion de 'Ocho apellidos vascos' tiene un lugar especial. Fue gracias a esta película, la más vista de 2014 (56 millones de euros de recaudación y 9 millones de espectadores), que la industria puso sus ojos en él y también que le perdonara algunos errores como la oportunista 'Ocho apellidos catalanes' en 2015.

Desde entonces, haga lo que haga Borja Cobeaga, 'Fe de etarras' (comedia estrenada directamente en plataformas), 'Super López' (guionista), 'Justo antes de Cristo' (director de algunos episodios) o 'Su majesta'd (creador), no pasa desapercibido. Como tampoco lo hará 'Los aitas'.

Su última película como director y guionista se sitúa en un suburbio de Bilbao de finales de los 80 en torno a un grupo de niñas que forman un equipo de gimnasia rítmica y que debe emprender un viaje en autocar a Berlín para competir contra un colegio alemán. Las acompañarán en su viaje, por supuesto, sus amas. Pero cuando éstas se levantan esa mañana con una resaca descomunal y son físicamente incapaces de emprender el viaje, los aitas, parados desde hace meses tras el cierre de una fábrica local, no tendrán más remedio que acompañar a sus hijas.

La película, a partir de determinado momento, se convierte en un pequeño retrato social de esos padres ausentes que tanto se han perdido de la infancia de sus hijos

La película, a partir de este momento, se convierte en un pequeño retrato social de esos padres ausentes que tanto se han perdido de la infancia de sus hijos. Porque eso, la infancia, el día a día, el llevar y traer, el hacer maletas y comidas, el saber qué estudian y cómo duermen, qué música les gusta y quiénes son sus amigos, ha sido siempre cosa de madres. O no…

Así que, sin cargar mucho la mano, sin ser demasiado obvio, ni reivindicativo, ni pancartista, la película muestra cómo esos cuatro hombres agobiados por el desempleo se centran en algo tan sencillo como mirar a sus hijas mientras hacen lo que les apasiona

'Los aitas' tiene varios puntos a su favor. Primero, el elenco actoral capitaneado por Quim Gutiérrez, Mikel Losada, Iñaki Ardanaz y Juan Diego Botto en el papel de estos cuatro despegados aitas que están, cada uno en su papel, espléndidos; y segundo, la ambientación y el diseño de producción, pues el filme refleja ese tufillo casposo de los 80 a la perfección.

También las niñas que conforman a las pequeñas gimnastas, el cura que conduce el autocar al que da vida el siempre impecable Ramón Barea -aunque su personaje da un giro repentino que no se termina de entender- y la entrenadora alemana interpretada por Laura Weissmahr, completan el conjunto dando por resultado una película sencilla y bonita sobre las relaciones entre padres e hijos

La única pena es que pase de puntillas por el contexto social de la España y el Euskadi de la época

La única pena es que pase de puntillas por el contexto social de la España y el Euskadi de la época con apenas algún comentario sobre el paro de la industria y ETA. Y también pasa de soslayo por la caída del Muro de Berlín, el preciso instante en que se desarrolla la trama. Y no, no es una película sobre ninguno de esos temas. 'Los aitas' es una película familiar en el sentido más estricto de la palabra. Pero ese paso de puntillas parece algo evitado, no casual. Y se nota.

Lo que es irrefutable es que, como casi todos los trabajos en que interviene Borja Cobeaga, está lleno de aciertos, de momentos entrañables y cómicos, de personajes de los que te enamoras y de pequeños momentos inolvidables. 'Los aitas' conmueve y hace sonreír, y eso es lo que la convierte en una película necesaria.

El cineasta vasco Borja Cobeaga en el rodaje de 'Los aitas'.

El cineasta vasco Borja Cobeaga en el rodaje de 'Los aitas'. SS