
Imagen de Parque Jurásico, el renacer.
Llega a los cines la séptima entrega de Parque Jurásico, una saga agotada
Scarlett Johansson se une a la franquicia creada por Steven Spielberg en 1993
'Más de la autora': Santiago Segura estrena la última entrega de la saga ‘Padre’ que ha hecho 54 millones de taquilla
Noticias relacionadas
Para entendernos, el cine de dinosaurios tiene dos sagas. Una, la de Parque Jurásico que consta de tres filmes: Parque Jurásico, Parque Jurásico: El mundo perdido y Parque Jurásico III realizadas en 1993, 1997 y 2001. Y, dos, la de Jurassic World que comenzó en 2015 con la cinta de ese mismo título para seguir en 2018 con Jurassic World: El reino caído dirigida por el español J. A. Bayona, seguida en 2022 de Jurassic World: Dominion y continuar ahora con Jurassic World: El renacer. No pasa nada si las confunde, no pasa nada si no vio alguna… Es todo la misma cosa.
La cinta que nos ocupa cuenta con Gareth Edwards detrás de la cámara, el director de la espléndida Rogue One para que tengamos claro que estamos ante el blockbuster del verano.
El guion es de David Koepp, especialista en secuelas, remakes y reboots, como Jack Ryan, La momia, Indiana Jones (las dos últimas) o Spiderman y que ya conoce la saga porque es el responsable de las dos primeras entregas de Parque Jurásico.

Parque Jurásico: el renacer
El elenco actoral lo conforma un grupúsculo de guapos, cuarentones y perfectamente preparados capitaneados por la siempre eficaz Scarlett Johanson; Mahershala Ali, actorazo que -para su desgracia- nos hace cuestionarnos si está ahí por su calidad interpretativa o por cumplir las vergonzantes cuotas a las que obliga el buenismo del cine norteamericano; el inglés Jonathan Bailey, portentoso actor criado en la Royal Shakespeare Company que hemos visto en producciones tan dispares como Bridgeton o Wicked; y el camaleónico Rupert Friend que te hace igual de letal agente de operaciones encubiertas (o sea, asesino) en Homeland que de príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo en La joven Victoria. Le adoramos. Y se une a la fiesta una chavalería joven y guapérrima, sudorosa y temperamental: Niamh Finlay, Luna Blaise y David Iaocono.
La novela original de Parque Jurásico publicada por Michael Crichton en 1990 gira en torno a los peligros que subyacen en la manipulación genética y en el deseo del hombre de controlar la naturaleza.
Bajo esa idea, la historia habla del proyecto de un anciano magnate que lidera un proyecto de parque temático donde viven dinosaurios clonados a partir del –¡¡ojo!!– ADN de un mosquito fosilizado en ámbar durante millones de años.
A partir de esta idea loquísima, Steven Spielberg realizó Parque Jurásico en 1993 que supuso un hito de efectos digitales y empezó el CGI moderno, además de redefinir el concepto de blockbuster familiar, pues recaudó cerca de 1.000 millones de euros. Junto a las otras cinco películas que configuran las dos sagas, la taquilla alcanza casi los 5.200 millones de euros, siendo la primera de Jurassic World de 2015, la más taquillera de todas ellas (1.427 millones).

Jurassic World: El Renacer' / Fotogramas
Pero, ¿cuál es la clave de estos éxitos que nos parecen imposibles? ¿Qué tienen los dinosaurios para seguir metiendo a la gente en los cines?
Pues, seguramente, una combinación eficaz de elementos que parten de la idea fantástica -o no tanto- e inquietante de devolver la vida, algo que atrapa y aterra a partes iguales desde el Frankenstein de Mary Shelley.
Por otro lado, se apoya en la ciencia, como ha de hacer la ciencia ficción, para convertir la supuesta fantasía en algo supuestamente posible, plausible, futurible… Con lo que el miedo del espectador aumenta.
Por otro lado, está la excelencia técnica, cómo estas películas, una tras otra, han ido rompiendo barreras físicas entre la realidad y la irrealidad, otorgando a toda la historia un grado de… no verosimilitud, pero sí de coherencia interna, que nos aterra.
Y, por último, el concepto marca Parque Jurásico, lucrativa y atractiva a partes iguales, siempre eficaz, siempre acertada que, le guste a usted o no, está bien hecha a nivel cinematográfico y está bien concebida a nivel producto, una palabra despreciable a la hora de hablar de películas, pero que, no nos engañemos, se circunscribe perfectamente a lo que es esta precisamente. Un producto. Sólo tiene que preguntarse si es su producto.