Las Haciendas vascas batirán récord de recaudación en 2022 y esperan repetirlo en 2023

A un ritmo ya incluso superior al de la inflación, las haciendas forales cerrarán el 2022 con una recaudación total un 9,82% superior a lo proyectado hace un año. El Consejo Vasco de Finanzas, breve y algo alterado por el anuncio adelantado del PSE de la medida estrella de los diputados generales -la deflactación de un 2% que pretenden implantar los gobiernos forales en 2023 y que cuenta con el descontento del PSE-, las diputaciones han hecho públicas cuáles serán sus previsiones de cierre tributario para 2022.

El año marcado por la inflación más alta en décadas dejará un balance tributario de 17.109 millones de euros de recaudación, 1.531 más de lo previsto inicialmente y por encima del IPC de septiembre, que ha publicado este mismo viernes el Instituto Nacional de Estadística. Aunque todos los tributos se van a recaudar por encima de lo previsto inicialmente, el Impuesto de Sociedades (+12,02%) y los impuestos especiales (+12,75%) son los que mayor crecimiento experimentan frente al resto de tributos.

Aunque la recaudación ha sido mayor, durante su comparecencia tanto el consejero Azpiazu como los diputados generales han adelantado que parte de esos recursos extraordinarios ya se han ido poniendo encima de la mesa a través de programas de ayudas a sectores como el primario, el plan Renove del transporte o los distintos aplazamientos tributarios en un gesto claramente dirigido al descontento de los socialistas hecho público justo antes de que empezase la reunión del Consejo Vasco de Finanzas.

El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, junto al diputado de Álava, Ramiro González y el presidente de Eudel, Gorka Urtaran / Europa Press

Todavía más recaudación en 2023

En cuanto al año que viene, a pesar de que habrá ralentización económica, esta no será suficiente para evitar que los ingresos fiscales sigan creciendo. Gobierno vasco y diputaciones han fijado un objetivo de recaudación en 2023 por encima de los 18.000 millones de euros, casi 1.000 millones más que el récord de este año.

Es un crecimiento magro relevante, de un 5,6% (el PIB vasco crecerá, según la última corrección a la baja, el 2,1%), que se asienta sobre todo en la mejoría de la entrada de ingresos por IVA, que se eleva por encima de los 7.600 millones de euros. Las grises perspectivas económicas no alientan el gasto pero el impuesto que grava el consumo tiene a su favor la fuerte inflación, que permite un bocado mayor a las administraciones públicas.

Por otro lado el IRPF presenta un avance bastante más corto en la previsión de 2023, ante la debilidad que ha mostrado ya el mercado de trabajo y las previsiones pesimistas de contratación que reportan las empresas.

En total el Consejo Vasco de Finanzas proyecta unos ingresos totales el próximo ejercicio de 18.073 millones de euros, de los que cerca de 12.000 irán a manos del Ejecutivo vasco (unos 900 millones más que en 2022) con unas cuotas de aportación del 50,54% en el caso de Bizkaia, el 33,41% de Gipuzkoa y el 16,05% de la hacienda alavesa, con ligeras subidas para estos dos fiscos frente al vizcaíno.

Esa será la columna maestra sobre la que se asentarán los próximos presupuestos de Euskadi que el gabinete de Urkullu perfila estos días antes de su envío al Parlamento vasco.