Producto local del Pas Vasco, Eroski

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Economía

El campo vasco se prepara para la Gran Recesión del sector primario, con caídas del 10% del PIB

Los baserritarras viven una incertidumbre que está llevando incluso a que los más mayores se jubilen ante un 2023 que puede convertirse en el 'annus horribilis' del sector primario

23 octubre, 2022 05:00

Con las cifras del Consejo Vasco de Finanzas ya cerradas y los presupuestos a la vuelta de la esquina, el Gobierno vasco empieza a encarar un 2023 que aspira a ser un año particularmente complicado en términos macroeconómicos. BBVA ya lo advertía hace unos días en su observatorio regional: la economía vasca apenas va a crecer un 0,3% el año que viene. Unas cifras lejanas a las que maneja el Gobierno vasco en su cuadro macroeconómico, con una subida del 2,1%.

El equipo de Azpiazu augura un crecimiento similar al típico de la economía vasca, de algo más de un 2%. Sin embargo, el propio Departamento de Hacienda ya señalaba dos amenazas: la primera y más importante, el escenario de una industria vasca que entraría en recesión técnica a finales de año, con dos trimestre consecutivos en negativo. El segundo, nada desdeñable, una gran recesión del sector primario, que ya lleva en rojo dos años, pero que vería en 2023 su 'annus horribilis'. En concreto, la próxima primavera, según las previsiones del Ejecutivo, será particularmente crudo para un sector primario que verá cómo su PIB se desploma más de un 10%: un 11,3% según los cálculos de Hacienda.

A la crisis de pienso provocada por la guerra de Ucrania se le suman algunos problemas inherentes al propio sector: la falta de relevo generacional, los costes de la energía -especialmente duros para explotaciones de invernadero como la macroplanta de Hispalus en Álava, pospuesta ya para las cosechas de 2023-, la pérdida de competitividad frente a las explotaciones de otros puntos del mundo con costes de producción menores y controles alimentarios mucho menos estrictos... en suma, una crisis de rentabilidad que ya es estructural del sector primario salvando productos 'premium' como el vino, que ha desembocado en un conflicto como el de 'Viñedos de Álava'.

Azoka agraria con representación de UAGA / UAGA

Azoka agraria con representación de UAGA / UAGA

Baserritarras jubilados

"La realidad del campo es que ahora mismo se trabaja día a día", asegura Xabier Iraola, coordinador del sindicato ENBA. La incertidumbre es "total" en un contexto de precios volátiles y está haciendo que los productores no sepan a cuánto podrán cobrar su producto la semana que viene. "Hay agricultores y ganaderos que antes conseguían colocar la producción del baserri haciendo 15 kilómetros ahora tienen que hacer 32", explica, "pero otros llevan meses trabajando, literalmente, a pérdidas", sostiene.

Las cabezas de ganado bovino han decrecido en un 25% según sus cálculos precisamente por el encarecimiento de los piensos, que están conduciendo a un verdadero problema en todo el sector ganadero, incluido otras producciones como la porcina, la ovina o la caprina. "Mucha gente está prefiriendo llevar al ganado al matadero y obtener ya los beneficios de la carne que seguir alimentándolo para producir leche y otros están recortando la alimentación, sabiendo que eso va a implicar producir menos leche".

En el sector lácteo hay todavía esperanza en las negociaciones de precios con los intermediarios de la cadena alimentaria, pero hay otros ganaderos que, según relata Iraola, están optando directamente por no producir y vivir de las rentas o, incluso en algunos casos, jubilarse. Iraola asegura que, aunque las perspectivas del futuro son difíciles de conocer, el panorama de cara a 2023 no es halagüeño y así lo trasladan los baserritarras asociados a la organización agraria.

La presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC), Alba Urresola / Irekia

La presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC), Alba Urresola / Irekia

"Peligra la viabilidad"

La Autoridad Vasca de la Competencia (AVC) ya publicó el pasado verano un estudio monográfico sobre el campo vasco adelantado por este periódico. Según el regulador que preside Alba Urresola, "peligra la viabilidad" de los sectores agrícola y ganadero de Euskadi. El informe elaborado por la AVC dibuja una crisis marcada por la baja rentabilidad y la falta de un relevo generacional, pero también por otros aspectos como los pequeños tamaños de las explotaciones o la poca profesionalización del sector.

El análisis, titulado 'Cadena de valor alimentaria en Euskadi y política de competencia', proyectaba un sector vulnerable y con poca capacidad de decisión en el conjunto de la cadena agroalimentaria, de un lado, y, por otro, la poca rentabilidad del sector, que lleva años experimentando un "deterioro progresivo", especialmente en el caso del ROE, de la rentabilidad sobre los recursos propios de las compañías. Junto a los propios problemas dentro del campo, el organismo vasco señalaba otros dos grandes asuntos: la falta de músculo financiero entre las empresas y los baserritarras y el monopolio mundial de fertilizantes, que deja sin poder negociador al sector primario vasco. Con estas armas será con las que tenga que lidiar un 2023 en el que Gobierno vasco una recesión del 4,7%