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Mercedes Vitoria afronta el día 1 sin Emilio Titos

El director granadino ya es pasado en la factoría más grande de Euskadi, que ahora será capitaneada por un Krottmayer que contará con más oportunidades y más retos

2 enero, 2023 05:00

2023 abre una nueva era en Mercedes Vitoria. Este lunes la factoría más grande de Euskadi vuelve a abrir sus puertas para que sus casi 5.000 trabajadores vuelvan al trabajo. Sin embargo, el lunes no acudirá quien hasta este viernes era director general de la factoría: Emilio Titos. Directivo con personalidad como pocos, el granadino ya ha colgado la chaqueta. En su propia carta de despedida, mostraba satisfacción por el legado: aseguraba que llegó a venir con incluso una amenaza de cierre bajo el brazo y presumía de los últimos logros, con la plataforma VAN.EA y el nuevo convenio conseguido.

Sin embargo, ese cambio son victorias parciales que deja casi como regalos envenenados a Bernd Krottmayer. Un hombre de la casa que llega con intención de meter disciplina a la factoría del 'Emilio Titos etxera'. El objetivo de aquel cartel se ha conseguido, pero no por la presión sindical, sino por el propio pie del directivo granadino. Ahora, sin embargo, Krottmayer tendrá que lidiar con una Mercedes muy distinta a la que empezó en 2022, pero las ventajas también esconden tras de sí serias amenazas.

Amenazas donde hay una que destaca por encima de todas: la plataforma VAN.EA no es un producto exclusivo de Vitoria. También se fabricará en en las ciudades alemanas de Düsseldorf y Ludwigsfelde, que la tendrán a finales de 2023 y en 2024... y en Jawor, en Polonia. Esa falta de tecnología única será un problema si la actitud de la plantilla es de rigidez laboral... y sumerge a Vitoria en una batalla por ser competitiva para atraer pedidos como lo es la factoría de Michelin. Y ahí juegan tanto la presión sindical como los costes laborales. A Stuttgart le costará bien poco desviar producción a una planta si otra para y tomará nota.

Y ahí es donde la nueva mayoría sindical juega un papel importante. ELA, LAB y ESK tendrán ahora la llave de todas las negociaciones y pondrán un alto listón en sus exigencias. Será arte de empresa y parte social llegar a acuerdos, pero lo que está garantizado, una vez pasado el periodo de huelgas y firma del convenio, es que la cuerda se tensará hasta niveles nunca vistos con el riesgo evidente de que se rompa el diálogo social.

Esa tensión ya ha tenido un primer caso con Krottmayer. Antes de estas Navidades, el que en unos meses será el nuevo director general se reunió con el comité de empresa para tener una primera toma de contacto. El encuentro, brusco, tuvo por parte de la mayoría sindical como prioridad a tratar la eliminación de tres puentes en el calendario laboral de este nuevo año y el despido de Ane, la trabajadora despedida tras varios años de depresión por la muerte de su pareja. A esas reclamaciones Krottmayer respondió que su mujer también había pasado por un cáncer y eso no le había quitado de seguir acudiendo a trabajar.

El camino, de entrada, no tiene negociaciones a la vista, pero el año comienza con un recorte de media hora de producción en el turno de noche que no habrá que perder de vista. Con cientos de empresas auxiliares forzadas a parar, sucesivos recortes de producción en la calle Las Arenas y otros fabricantes parados, podría ser el comienzo de un recorte de producción del que no se podría descartar ni siquiera la negociación del ERTE. Y ahora la mayoría sindical con la que habría que negociar las condiciones son otras después de una rotunda victoria electoral de ELA, LAB y ESK que, aseguran fuentes conocedoras de la vida en la factoría, conducirá a algunas dimisiones entre las centrales que han retrocedido en los últimos comicios sindicales.