2022 era un año especial para la negociación colectiva, por un lado por la inflación pero también por la necesidad de recuperar el tiempo perdido durante la pandemia. Y el resultado en Euskadi ha sido al final más vistoso de lo que apuntaban los primeros meses del ejercicio, sobre todo si se cuela en el balance el Metal de Bizkaia, renovado ya en 2023 pero que más allá de gestos de última hora estaba visto para sentencia antes de navidades.
También el año pasado quedó actualizado el convenio de la industria alavesa mientras que el Metal de Gipuzkoa entra ahora en fase decisiva con lo que se completará el ciclo de los tres principales acuerdos sectoriales vascos. Por la mayor capacidad de presión de los sindicatos estos grandes convenios suelen impulsar hacia arriba la media salarial de sus respectivas provincias, pero el año pasado Gipuzkoa no necesitó del Metal para salirse del mapa con un incremento fuera del alcance del resto de Euskadi y de España.
Según los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) se firmaron el año pasado 64 convenios en Gipuzkoa, la mayoría de ámbito de empresa con media docena de sectores, entre ellos Construcción y Alojamientos, y un incremento medio para 20.000 trabajadores del 5,76%, justo por encima del IPC (5,7% en España y el 5,4% en Euskadi). Bizkaia cerró en el 4,29%, aunque el dato real es algo más alto si se tiene en cuenta la subida del Metal, y Álava en el 4,78%, un punto por debajo.
Puede considerarse el incremento guipuzcoano una conquista de las centrales sindicales y, desde luego, una anomalía si se atiende a las cifras medias registradas en el resto de comunidades autónomas. La subida media en España fue del 2,85%, muy lejos, con apenas cinco comunidades superando el listón del 3%. Se trata de Navarra, donde entran en concurso también ELA y LAB, con un 4,3%, y por debajo entre el 3 y el 4% quedan Galicia, Cantabria, Comunidad Valenciana y Cataluña.
Valencia, Lugo o León
Si se baja a la escala provincial, ámbito que sigue dominando la negociación colectiva, no hay tampoco ninguna que haga frente a Gipuzkoa. Sí aparecen en la estadística del Ministerio de Trabajo datos dispares dentro de esas comunidades que cuentan con incrementos importantes, de forma que en el caso de la Comunidad Valenciana sobresale especialmente Valencia con un 5,23%.
La provincia de la capital del Turia, pionera por otra parte en la implantación de la semana de cuatro días este mes de abril, mejora incluso los registros de Álava y Bizkaia. También es destacable la subida media de Lugo, del 4,5% o de la provincia de León, del 4,2%. El reparto provincial de los convenios deja descompensaciones en comunidades grandes como Andalucía, con un alza total similar a la media nacional pero con Almería y Sevilla muy cerca del 4%.
Los números dicen por tanto que Euskadi, y en especial Gipuzkoa, mantiene el pedigrí de sus convenios en relación al resto de territorios en un momento crítico además en el que la inflación tensiona las negociaciones y lima mes a mes el potencial de las nóminas de los trabajadores. Es esta una realidad que viene de atrás alimentada por muchos factores entre los que destaca un mapa sindical particular, aunque no es el único.
Gipuzkoa, feudo de ELA y LAB, cuenta con un tejido productivo especialmente atomizado pero, a la vez, con muchas empresas punteras ganando dinero. ¿Es la mayor conflictividad la razón principal de estas subidas salariales? Seguramente los sindicatos dirán una cosa y los empresarios otra. Curiosamente el último acuerdo en el Metal se cerró sin grandes disonancias tras un acuerdo exprés entre Adegi y ELA, que roza la mayoría absoluta en el sector.