
La protección es clave para evitar las ITS
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La batalla contra las infecciones de transmisión sexual debe comenzar en la familia y en el colegio
Las ITS se contagian principalmente por contacto sexual sin protección y son causadas por bacterias, virus o parásitos
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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), actualmente denominadas infecciones de transmisión sexual (ITS), constituyen un problema de salud pública creciente que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Estas infecciones, que se transmiten principalmente por contacto sexual sin protección, incluyen una amplia variedad de patógenos —virus, bacterias y parásitos— que pueden provocar síntomas leves o incluso enfermedades graves si no se detectan y tratan a tiempo.
Según los últimos datos de vigilancia epidemiológica en España, en 2022 se notificaron 2.956 nuevos diagnósticos de VIH, de los cuales el 46,8% fueron diagnosticados de forma tardía. “Actualmente, entre 130.000 y 160.000 personas viven con el virus en nuestro país”, explica Juan Céspedes, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa.
ITS vs. ETS: una diferencia importante
El VIH, que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), es un virus que ataca el sistema inmunológico, debilitándolo y predisponiendo a los pacientes a padecer enfermedades infecciosas graves y ciertos tipos de cáncer.
Este virus puede comprometer la vida, puesto que al debilitar el sistema inmunológico, aumenta la vulnerabilidad a infecciones y enfermedades, incluidos ciertos tipos de cáncer. “Aunque los fármacos antirretrovirales han logrado controlar la enfermedad en la mayoría de los casos, todavía existen pacientes que no responden de manera efectiva a estos tratamientos, lo que puede derivar en complicaciones graves”, explica el doctor Céspedes.
El especialista subraya la diferencia entre infecciones de transmisión sexual (ITS) y enfermedades de transmisión sexual (ETS), destacando que no todas las infecciones derivan necesariamente en una enfermedad. Explica que, según la Organización Mundial de la Salud, “existen alrededor de 30 patógenos que pueden causar ITS, que se transmiten principalmente a través de relaciones sexuales sin protección. Sin embargo, una infección no implica automáticamente el desarrollo de una enfermedad”.
Un ejemplo claro es el virus del papiloma humano (VPH), el patógeno de transmisión sexual más común. Se estima que hasta el 90% de la población mundial tendrá contacto con este virus en algún momento de su vida. “A pesar de esta alta prevalencia, no todas las personas desarrollan síntomas ni llegan a enfermar, lo que refuerza la importancia de distinguir entre infección y enfermedad, tranquiliza el médico.
Síntomas frecuentes
Cuando el VPH produce síntomas, el especialista explica que “lo más común son las verrugas genitales, aunque en algunos casos puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix, una de las razones por las que las mujeres deben someterse a las pruebas de detección y a la vacunación preventiva”.
Otras ITS comunes en España incluyen el herpes genital, la clamidia y la gonorrea, cuya sintomatología puede variar considerablemente. “Algunas personas pueden no presentar síntomas, mientras que otras pueden experimentar fiebre, molestias abdominales, cambios en el flujo vaginal (como consistencia, color u olor), picor en la vagina o escozor al orinar”, añade Céspedes.
Prevención: barreras y responsabilidad
Ante cualquier duda o sospecha, la recomendación es clara: “Las mujeres deben acudir al ginecólogo tanto si están asintomáticas como si presentan sintomatología de una posible ITS. Si una persona ha tenido un contacto de riesgo, debe consultar con su ginecólogo, incluso si no presenta síntomas, para poder realizar las pruebas pertinentes”, subraya el especialista.
En cuanto a la prevención, Céspedes insiste en que el mejor método para evitar las ITS es evitar los contactos de riesgo: “El método que más puede reducir el contagio de ITS son los métodos de barrera, y entre ellos, el preservativo masculino es el más conocido y utilizado. Además, existen el preservativo femenino y los protectores bucales, que también ofrecen protección”.
El papel de la educación
Uno de los pilares más importantes para combatir el aumento de las ITS es la educación. “La educación es la piedra angular en la lucha contra las ITS”, recalca el doctor. “Las infecciones de transmisión sexual están aumentando a nivel mundial y también en nuestro país. Es evidente que algo no se está haciendo bien, y la educación debe ser el pilar fundamental en la prevención. Deberíamos hacer un esfuerzo mucho mayor a nivel educativo, tanto a nivel escolar, familiar como en el ámbito de la salud, para concienciar sobre los riesgos y las consecuencias de las ITS”, aconseja.
Las consecuencias de una ITS no tratada pueden ser graves: infertilidad, complicaciones durante el embarazo, y en algunos casos, cánceres que ponen en riesgo la vida. Por eso, el mensaje es contundente: educación, educación y educación, junto a la promoción del uso del preservativo como principal medida de prevención.