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Rechaza las dietas milagro: así puedes alimentarte bien sin renunciar a nada
Lejos de las restricciones, los nutricionistas apuestan por hábitos sostenibles, actividad física y una relación sana con la comida
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En un mundo donde las soluciones rápidas para perder peso abundan y las dietas extremas prometen resultados inmediatos, es fácil caer en la trampa de eliminar grupos de alimentos o seguir planes restrictivos que no son sostenibles a largo plazo. Sin embargo, estas dietas rápidas suelen ser ineficaces e incluso perjudiciales para la salud, ya que pueden provocar deficiencias nutricionales y efectos rebote.
En lugar de centrarse en la privación, es fundamental adoptar una visión equilibrada de la alimentación que promueva el bienestar físico y mental. Disfrutar de todos los alimentos con moderación es una alternativa sensata y placentera que permite mantener una alimentación saludable sin renunciar a los sabores que más gustan.
Cuidarse sin obsesionarse
El primer paso debe ser holístico: no sólo es cuestión de alimentación, sino también de incorporar actividad física y un descanso adecuado. “Elegir una actividad que disfrutes es fundamental para mantenerla en el tiempo”, apunta Oihane Fuertes, nutricionista del Hospital Quirónsalud Vitoria, quien recuerda que la sostenibilidad de los hábitos es tan importante como su eficacia.
Las dietas rápidas y restrictivas prometen resultados inmediatos, pero el precio a pagar es alto: además de ineficaces a largo plazo, pueden perjudicar la relación con la comida. “Generan una sensación de privación y convierten ciertos alimentos en premios, lo que dificulta mantener una alimentación equilibrada”, advierte la nutricionista.
Recuperar el equilibrio, sin embargo, no significa prohibir, sino reaprender. “Apostar por una alimentación flexible y consciente es más efectivo y saludable que cualquier plan exprés”, asegura.
Organizarse mejor
Una de las herramientas más útiles para mantener el rumbo es la planificación semanal. “Reservar un día, como el domingo, para planificar el menú y hacer la compra ayuda a mantener una alimentación variada y equilibrada”, afirma la doctora Fuertes. “Además, permite reducir el desperdicio y mejora la eficiencia en la cocina”, añade.
La variedad es otro punto clave. Evitar la monotonía en los menús semanales —alternando, por ejemplo, lentejas una semana y garbanzos la siguiente, con distintas verduras— contribuye a que la alimentación siga siendo atractiva.
La proteína, gran aliada para recuperar el ritmo
En el plano alimentario, la propuesta pasa por aprender a elegir mejor y reordenar el plato con sentido común: dar más espacio a las proteínas de calidad y a las verduras. “Un ejemplo simple y equilibrado puede ser brócoli cocido como guarnición y unos filetes de pollo a la plancha como fuente de proteína”, propone la especialista.
Las proteínas juegan un papel protagonista. “Son el nutriente más saciante, por lo que deberían ocupar un lugar importante en la dieta”, subraya Oihane Fuertes. Entre las fuentes recomendadas están las carnes magras, el pescado, los huevos y las alternativas vegetales como las legumbres, los frutos secos y las semillas. Incorporarlas de forma regular permite no solo controlar el apetito, sino también mantener la energía y favorecer la recuperación tras los excesos. Porque comer bien no es sinónimo de pasar hambre, sino de nutrirse con inteligencia.
“Añadirlas habitualmente permite controlar el apetito y mantener la energía para favorecer la recuperación después de un exceso de comida y bebida”, concluye la especialista.