Oficina de trabajo
Los últimos datos del Observatorio de Emprendimiento Vasco lo han dejado claro: Euskadi no es un país para emprendedores, o, mejor dicho, no es un país de emprendimiento.
Aunque pudiéramos pensar lo contrario, nuestra tasa de actividad emprendedora apenas alcanza el 6%, muy lejos del líder estatal, Madrid con más de un 9%, y a años luz de países como EE.UU., que supera con creces el 19%. Es más, ni siquiera alcanzamos la media española, que es del 7,2%, y estamos mucho más alejados aún de la media de la UE, 8,9%.
Una vez asumido este jarro de agua fría que nos arrojan estos datos cabe preguntarse el porqué de esta falta de actividad emprendedora en un país que cuenta con uno de los sectores industriales más potentes de la península ibérica y con una valoración excelente de su ecosistema emprendedor, según algunos estudios de impacto. De hecho, a principios de esta década, Álava aparecía como el mejor ecosistema emprendedor de España, Gipuzkoa estaba en el 3º lugar y Bizkaia ocupaba la sexta posición en el ranking de provincias.
El principal factor de que haya ratios tan bajos es la falta de un sistema educativo que enseñe y ponga en valor el emprendimiento
No creo que tengamos una sola causa que explique estos ratios tan bajos, más bien creo que es una conjunción de diferentes factores, pero si tendría que señalar uno principal diría que es la falta de un sistema educativo que enseñe y ponga en valor el emprendimiento.
Tenemos una sociedad que valora mucho más la seguridad de aprobar unos exámenes y pasar a ingresar la abultada lista de servidores públicos, que el riesgo que supone para cualquier persona lanzarse a la creación de una empresa.
¿Cuántos de nuestros escolares terminan su educación obligatoria sin visitar ni una sola empresa y sin conocer a ninguna persona que haya lanzado una idea y la haya puesto en marcha? Es muy difícil crear cantera de emprendedores y emprendedoras si antes no se ha presentado como una alternativa real, sin edulcorarla, pero sin menospreciarla.
Estamos aún muy lejos de la cultura anglosajona o americana en las que los fracasos son valorados como un grado más de experiencia y aprendizaje
Otro de los grandes hándicaps que impiden que esa tasa emprendedora crezca es del ancestral miedo al fracaso. Estamos aún muy lejos de la cultura anglosajona o americana en las que los fracasos son valorados como un grado más de experiencia y aprendizaje que ayuda a que los próximos proyectos sean más sólidos. Aquí seguimos estigmatizando a las personas que no tienen el éxito esperado en el desarrollo de sus ideas, cuando una buena parte de los emprendedores aciertan después de varios fracasos.
Nos faltan referentes en torno al emprendimiento, al menos nos falta poner en valor y visualizar esas personas que de la nada crean empresas que llegan a mercados de todo el mundo o que generan patentes e innovaciones únicas. No duden ni un minuto que en Euskadi tenemos varios ejemplos, pero siempre nos llama más un deportista o un artista que un emprendedor y esto tiene que cambiar.
Iniciativas como el “Made in Araba Day”, que desarrolla la Diputación Foral de Álava esta semana, son un buen ejemplo de como se puede acercar el enorme valor que tiene para cualquier territorio sus empresas y sus emprendedores.
Cualquier individuo que haya intentado emprender puede relatar el “calvario” que supone ir de ventanilla en ventanilla para superar las diferentes trabas en diferentes instituciones
Otro aspecto que retrae el espíritu emprendedor de muchas personas es la enorme burocracia que hay que superar para crear una empresa. Cualquier individuo que haya pasado por esta experiencia puede relatar el “calvario” que supone ir de ventanilla en ventanilla para superar las diferentes trabas en diferentes instituciones.
Por este motivo, es de aplaudir el reciente anuncio de la Diputación alavesa para la creación de un Centro de Emprendimiento que desarrolle una especie de ventanilla única para facilitar los trámites en la creación de empresas. Una iniciativa que surge de una colaboración con el grupo juntero del PP.
Necesitamos impulsar el emprendimiento en Euskadi porque es necesario seguir creando empresas que aporten riqueza y empleo al territorio. En los últimos años, se ha ido creando un excelente ecosistema emprendedor en los 3 territorios vascos que hay que visualizar aún más para que más personas puedan conocerlo y aprovecharse de sus ventajas.
Pero, sobre todo, tenemos que ayudar a que el emprendimiento sea una alternativa real para nuestros jóvenes. Hay un camino enorme por recorrer para alcanzar al menos la tasa de actividad emprendedora europea, pero también es verdad que tenemos un ecosistema lo suficientemente fuerte para conseguirlo, solo hace falta voluntad, evitar duplicidades y una aún mayor coordinación entre todas las instituciones. No nos podemos permitir que Euskadi no sea un país para emprendedores.
