En la legislatura de la pandemia y excepción hecha de los altercados de la Copa del Rey en Bilbao, probablemente no ha habido otra ciudad vasca con más conflictividad en la calle que San Sebastián. Desde el final del confinamiento domiciliario, San Sebastián cuenta con dos tamborradas perdidas -una de ella con intensos altercados entre policía y jóvenes-, una Semana Grande que concluyó en 2021 con asaltos a comercios y robos en una de las ciudades más elegantes de España y cientos de altercados de fin de semana en fin de semana. Eneko Goia ha pasado por esta y por otras decenas de polémicas en el Ayuntamiento de San Sebastián durante esta legislatura. A la falta de mayoría que sufre Urtaran en Vitoria se la ha compensado en Donostia una oposición no menos replicante que la de la capital alavesa.
Sin embargo, la demoscopia le favorece. El electopanel elaborado por Electomanía para 'Crónica Vasca' arroja un consistorio idéntico al actual, con un amplio margen de cuatro ediles para el PNV sobre EH Bildu. Goia podría repetir con holgura su coalición con el PSE de Marisol Garmendia y seguir gobernando una tercera legislatura mientras en las elecciones forales el escenario es bien distinto. La posibilidad del 'sorpasso' de Bildu al PNV en las Juntas Generales de Gipuzkoa es real en unos comicios en los que, además, el PNV deberá elegir un nuevo candidato -o, más probablemente, una nueva candidata- que sustituya a Markel Olano como candidato a diputado general del territorio.
El avance de la izquierda abertzale, sin embargo, se contiene en una San Sebastián donde la coalición abertzale apenas vería crecer un 0,8% su intención de voto. Un porcentaje escaso que no movería la composición del pleno municipal cuando en las juntas guipuzcoanas el margen entre las formaciones nacionalistas es de apenas dos escaños. Sin embargo, Eneko Goia parece haberse convertido en un dique de contención para la izquierda abertzale en Donostia, donde el pleno municipal no ha estado falto de distanciamientos importantes entre jeltzales y abertzales.
A lo largo de la legislatura las polémicas han ido desde el Tambor de Oro a Esther Ferrer este año al traslado del Kutxaespacio pasando por las pegatinas de los autobuses urbanos, los cuarteles de Loiola, el impacto de las obras del futuro metro de San Sebastián, la aparición de algas en las playas donostiarras, la pérdida de villas antiguas, la suciedad del río Urumea o la incineradora de Zubieta. Sin embargo, la gestión del tráfico ha sido, de largo, el gran caballo de batalla en la arena política durante esta legislatura. La futura 'Donostia Central' -'Datorren Donostia' oficialmente- ha sido uno de los blancos de las críticas de la oposición al Gobierno municipal. El proyecto cortará el paso de una parte a otra de la ciudad por el centro, lo que obligará a coger el transporte público o recurrir a caminar o ir en bicicleta. En el caso de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, por insuficiente, ya que creen que permitir el acceso de turistas o gente que vaya a usar los parkings hace laxa la medida. En el lado contrario del tablero se ubica el PP, que ha recogido 4.000 firmas contra el cierre del Centro de la ciudad a las motos.
Jeltzales y socialistas han ido modulando sus planes iniciales con una serie de excepciones que van más allá de los residentes, los turistas o los que usen los parkings para cruzar la zona de bajas emisiones de la ciudad; también se podrá hacer en casuísticas como las mudanzas o las bodas. Ahora el siguiente frente será ver cómo le sale a Goia la apuesta por el BEI que ha importado de Vitoria, donde ha sido uno de los grandes factores de desgaste para el equipo de Gorka Urtaran.
La presión urbanística que sufre la ciudad ha sido otro de los núcleos del debate público en la legislatura, con tensos cruces de acusaciones entre oposición y gobierno a cuenta de este asunto. La construcción de hoteles para turistas ha ido cogiendo fuerza de un tiempo a esta parte y eso también ha tenido su impacto en la vivienda, con el precio del alquiler 'in crescendo' en la capital guipuzcoana, que siempre ocupa las posiciones más altas en precios de la vivienda. Uno de los puntos culmen de la legislatura tuvo lugar cuando hace unas semanas se conoció que el antiguo Museo de Bellas Artes de San Sebastián iba a convertirse en un hotel Hilton, lo que avivó la polémica en la ciudad. En la balanza menos polémico están las placas que el Ayuntamiento donostiarra ha ido colocando en la ciudad en recuerdo de las víctimas del terrorismo. Una apuesta de Goia que ahora, salvo sorpresa, llegará también a Bilbao después de que Aburto cogiese el guante que le lanzó Covite para hacer lo mismo que su homónimo en San Sebastián