Las elecciones municipales y forales de este domingo dejan en Euskadi un panorama en el que el PNV se presenta como uno de los 'derrotados' de la noche. Los jeltzales, aunque mantienen la mayoría de sus capitales y diputaciones, son superados por EH-Bildu en los dos territorios donde más disputada estaba el gobierno antes de este 28-M: el Ayuntamiento de Vitoria y las Juntas Generales de Gipuzkoa. Sin embargo, en ambas instituciones la coalición soberanista tiene muy complicado lograr los apoyos suficientes para poder gobernar. 

No solo el PNV previsiblemente firmará acuerdos con el PSE-EE donde una de estas dos formaciones tenga opciones de superar a la izquierda abertzale, sino que el Partido Popular, otro de los 'ganadores' en estos comicios, ya ha asegurado que con sus escaños hará todo lo posible para evitar que Bildu pueda montar un Ejecutivo. Los populares lo harán allá donde los soberanistas hayan conseguido imponerse como primera fuerza pero necesiten pactar con otros partidos. 

Además, estos comicios dejan varias escenas ya históricas en Euskadi: desde la primera victoria soberanista en Vitoria -donde los jeltzales han quedado relegados a un cuarto puesto, con el PSE y el PP por delante, y donde también se ha elegido a la primera alcaldesa de su historia- hasta la entrada de Vox en la Diputación General de Álava y la debacle, esperada, de Elkarrekin Podemos-IU. A estos últimos no les ha servido su intento de recuperar votos con una candidatura unitaria de la izquierda progresista. 

Y con este panorama, ahora el PNV afronta un nuevo bache, con el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de adelantar las elecciones generales al próximo 23 de julio. Unos comicios que, si bien tienen unas características totalmente diferentes a las municipales y forales de este domingo, llegarán en un mal momento de la formación nacionalista y en pleno auge de EH-Bildu, que cada vez se ve más cerca de cumplir su objetivo y convertirse en la primera fuerza política de Euskadi. 

La candidata del PNV a la alcaldía de Vitoria, Beatriz Artolazabal, y el diputado general de Álava Ramiro González, tras conocer los resultados electorales hoy domingo en Vitoria / David Aguilar - EFE

El desgaste del PNV

El Partido Nacionalista Vasco ha recibido un claro golpe moral en estas elecciones. La abstención se ha cebado con una formación jeltzale que no solo ha perdido el gobierno en Vitoria, Hondarribia o Alonsotegi, sino que además ha empeorado claramente los resultados que obtuvo en 2019. Incluso en Bilbao, donde las encuestas planteaban que Juan María Aburto pudiera alcanzar la mayoría absoluta, el PNV ha perdido dos escaños, los cuales han ido directamente a EH-Bildu, permitiendo a la coalición soberanista superar al PSE-EE y situarse como segunda fuerza. 

La desilusión de la militancia, el desgaste propio de cualquier gobierno -el PNV mantenía los Ejecutivos de las tres capitales y los tres territorios vascos- y las consecuencias tras la sentencia del 'Caso de Miguel', la mayor trama de corrupción vivida en Euskadi, han puesto a los jeltzales ante un necesario proceso de reflexión. Sobre todo, si no quiere perder más apoyos de cara a las recién anunciadas elecciones generales del 23 de julio y las autonómicas del próximo año. 

El coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y la candidata a la Diputación de Guipuzcoa, Maddalen Iriarte /Javier Etxezarreta - EFE

El crecimiento de Bildu

A primera vista la gran ganadora tras los comicios de este domingo ha sido la coalición liderada por izquierda abertzale, que no solo ha mejorado notablemente sus resultados de 2019, sino que además ha logrado imponerse en Vitoria y Gipuzkoa, las dos instituciones donde las encuestas daban una batalla más ajustada. Ha mantenido cómodamente sus grandes feudos como Hernani y Errenteria y ha logrado arrebatarle al PNV otras localidades icónicas como Alonsotegi, aunque aquí los nacionalistas gobernaban gracias al edil del PSE, que en estos comicios ha desaparecido. 

Estos grandes resultados para la coalición soberanista son gracias, en gran medida, a la abstención y a la capacidad de la izquierda abertzale para movilizar a su electorado. Mientras muchos votantes descontentos con el PNV decidieron ayer quedarse en casa, como bien destacó el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, no ocurrió lo mismo con la militancia de Bildu que, como muestran los resultados, salió en tromba a las calles para poner, como nunca antes, a la formación jeltzale contra las cuerdas. 

Sin embargo, no todo son buenas noticias para la formación de Arnaldo Otegi, que difícilmente podrá gobernar en Vitoria y Gipuzkoa por la falta de apoyos externos. Solo Elkarrekin Podemos podría darle sus votos, pero esto terminaría de hipotecar a la coalición morada que ha visto a buena parte de sus electores apostar por las listas de Bildu. Además, la izquierda abertzale es muy probable que pierde el Ayuntamiento de Durango tras la vuelta del PP al Consistorio. Su único concejal, Carlos García, ya anunció en Twitter que usaría su voto para expulsar a la coalición soberanista de su gran feudo en Vizcaya. 

Maider Etxebarria / IÑAKI BERASALUCE - EP

La resistencia del PSE

Probablemente el Partido Socialista de Euskadi sea la formación política que menos sorpresas vivió durante este 28-M. Los de Eneko Andueza resistieron a la abstención, a la debacle de Podemos, al desgaste del PNV y a la subida de Bildu y PP. Mantienen sus resultados de hace cuatro años, convirtiéndose en una suerte de oasis para el PSOE, que este domingo perdió buena parte de sus electores a nivel nacional. 

Además, los socialistas vascos se ven ahora ante la oportunidad de hacerse de nuevo con la Alcaldía de Vitoria. Doce años después de que Patxi Lazcoz perdiera el Consistorio de la capital alavesa, Maider Etxebarria se ha colocado como segunda fuerza, solo por detrás de Bildu, y si consigue el apoyo del PNV y la abstención del PP, podría convertirse en la primera alcaldesa de Vitoria.

El hundimiento de Podemos

Ya desde hace meses se venía hablando de cómo EH-Bildu estaba tomando cada vez una postura más cercana a los planteamientos de Podemos y de cómo esto podía tener consecuencias negativas para la formación morada. Finalmente, al igual que en toda España, la izquierda "progresista" y "ecologista" se ha hundido pese a sus intentos de mantener sus resultados en Euskadi al presentar una candidatura común junto al resto de fuerzas de su espacio político.

Finalmente, los resultados para Elkarrekin Podemos-IU han sido peor que negativos, perdiendo apoyos tanto en Vitoria, Bilbao y San Sebastián, como en Álava, Gipuzkoa y Vizcaya. En esta última pierden hasta cuatro diputados y pasan de 6 a 2 representantes en el territorio con más población de Euskadi. 

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, ha celebrado este domingo junto a sus candidatos los resultados obtenidos por la formación en las elecciones locales y forales / Miguel Toña - EFE

La alegría del PP vasco

Para Carlos Iturgaiz la de este domingo fue una noche de más luces que de sombras. Seguramente al PP vasco no le ilusiona que Bildu haya logrado los apoyos que consiguió, pero esto queda en segundo plano viendo los resultados de los populares en este 28-M, que en muchos territorios les convierten en una fuerza fundamental para dejar a la coalición soberanista fuera del gobierno

El Partido Popular, aunque empata con el PNV en ediles, ha logrado superar a los jeltzales en el número de votos y se posiciona como tercera fuerza en Vitoria, capital en la que Bildu ha logrado una victoria histórica pero tímida, y en la que los populares van a hacer todo lo posible para evitar un gobierno de la izquierda abertzale. Además, los populares crecen en otras muchas localidades y ganan presencia en todas las instituciones. 

Así, el PP es otro de los grandes ganadores de estos comicios. Los buenos resultados en el resto de España se han dejado ver también en Euskadi, y los populares ganan más representación en muchos territorios, impulsados en gran medida por la caída del PNV.

Jonathan Romero, primer diputado por Vox en Álava / Vox

La tímida irrupción de Vox

En 2020 Vox entró por primera vez en el Parlamento vasco con la candidatura de Amaia Martinez en Álava. Ahora, tras los comicios de este domingo, la extrema derecha española también logra colarse en la Diputación General de Álava por primera vez desde su llegada a la política vasca. Jonathan Romero se hace con un escaño tras duplicar sus votos desde 2019. Sin embargo, no consigue entrar en ningún ayuntamiento de Eusakadi y se mantiene sin representación municipal. 

La desaparición de Ciudadanos

Por último, tampoco ha habido sorpresa con Ciudadano que pese a presentarse únicamente en Vitoria, Bilbao y San Sebastian, no logra más que un puñado de votos y se queda fuera de las tres capitales vascas. La formación naranja, que en las primeras generales de 2019 logró ser tercera fuerza nacional y en Euskadi entró en el Parlamento vasco junto al Partido Popular, no ha logrado aprovechar una de sus últimas balas y afronta una desaparición definitiva y generalizada en toda España, pese a asegurar que “está habiendo una recuperación del centro liberal progresista”.

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