De la Ley Buesa a la Ley Bildarratz: PNV y PSE vuelven a reformar juntos la educación 30 años después

El Parlamento vasco acoge este jueves el pleno de mayor movimiento de toda la legislatura. En la penúltima sesión de este año -la última será este viernes con el debate sobre los presupuestos-, los partidos que componen el Gobierno vasco (PNV y PSE-EE), pretenden sacar adelante nada menos que seis normas pendientes por aprobar en esta legislatura. Entre ellas, el proyecto de la Ley Vasca de Educación, que entrará a sustituir a la Ley de la Escuela Pública, y que desde su aprobación en el Consejo de Gobierno el pasado 25 de abril ha estado rodeada de polémica. 

Hace poco más de un año, en abril de 2022, esta iniciativa se presentaba como una gran ley de consensos gracias al pacto educativo firmado por PNV, PSE-EE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU. Sin embargo, al tiempo que el proyecto de ley iba tomando forma, empezaron a surgir los primeros desencuentros entre los socios del Gobierno y los partidos de la oposición. Primero con la oposición de la formación morada, que acusó al Ejecutivo de dar prioridad a la escuela concertada sobre la pública y no dar soluciones contra la segregación; y más tarde con el rechazo de la coalición soberanista, contraría a la enmienda que jeltzales y socialistas habían pactado para mantener vigentes los modelos lingüísticos. 

Finalmente, después de las bases de la formación abertzale ratificaran el rechazo a la norma, la Ley de Educación saldrá adelante solo con el voto a favor de los 41 parlamentarios con los que cuentan PNV (31) y PSE-EE (10). Lo que supone una mayoría suficiente para aprobar esta norma, pero que se aleja del gran consenso político que el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, pretendía alcanzar para un texto que debe servir de guía a los centros durante los próximos 30 años.

Este proyecto de Ley, que sustituye la ley 1/1993, del 19 de febrero de la Escuela Pública Vasca, promulgada por el exparlamentario socialista y diputado general de Álava, Fernando Buesa -asesinado por ETA el 22 de febrero del 2000-, aunque guarda amplias diferencias con la norma actual, se aprobará con un apoyo muy similar al de su antecesora. Aquella 'Ley Buesa' salió adelante gracias al voto favorable de 39 parlamentarios: 22 del PNV, 16 de PSE y 1 de Euskadiko Ezkerra (EE). Antes de que estas dos últimas formaciones se unieran en marzo de ese mismo año.

El consejero de Educación del Gobierno Vasco, Jokin Bildarratz, y el portavoz, Bingen Zupiria presentan el anteproyecto de Ley de Educación / David Aguilar - EFE

Además, como va a ocurrir este jueves, en 1993 aquel texto también fue rechazado en bloque por toda la oposición, compuesta por Herri Batasuna (HB), con 13 parlamentarios; Eusko Alkartasuna (EA), con 9; el PP vasco con 6 escaños; Unidad Alavesa (UA), con 3 y Euskal Ezkerra (EuE), una escisión de EE que contaba con 5 parlamentarios y solo estuvo activa entre 1992 y 1994. 

Cinco proyectos de ley más

Además de la ley de educación, el Parlamento vasco debate este jueves otras cinco propuestas legislativas que el lehendakari, Iñigo Urkullu, pretende sacar adelante en este 'sprint' final de legislatura: la Ley de Empleo; la de la Autoridad Vasca de Protección de Datos; y la del Instituto Vasco de Finanzas; además del proyecto de ley reguladora del régimen de subvenciones y la modificación de la Ley 2/2006, de 30 de junio, de Suelo y Urbanismo.

Todas ellas, iniciativas que saldrán adelante gracias a la mayoría absoluta que cuentan PNV y PSE, aunque en algunos casos, como con la Ley de Empleo, puede incluso contar con el apoyo o la abstención de otros grupos de la oposición. En concreto, la proposición de ley dirigida a establecer medidas que ayuden a luchar contra la deslocalización de las empresas en Euskadi es una norma que ha sido especialmente reclamada tanto por EH Bildu como por Elkarrekin Podemos-IU, sobre todo tras el caso de Ferrovial. 

Así, el pleno de este jueves supone un nuevo paso -uno especialmente amplio- en el camino de Urkullu y su Ejecutivo para cumplir un programa legislativo en el que aparecían reflejadas más de 40 leyes. Muchas de las cuales, incluyendo las seis de este jueves, se han aprobado durante estos últimos meses, en los últimos suspiros de una legislatura que ve cada vez más cerca su final, pero que Urkullu confía en mantener viva hasta, al menos, aprobar otra de sus iniciativas 'prioritarias': la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que, previsiblemente, verá la luz en febrero.