Por qué Bildu toma las riendas de la Legislatura y engrasa el bloque de investidura en Madrid

El eje político de esta Legislatura, siempre en permanente estado de riesgo de quiebra, ha pasado esta semana por la sede de Bildu en Donostia (Gipuzkoa).

En un verano en el que cuatro Comunidades Autónomas combaten la oleada de incendios más letales que se recuerdan, con Vox de nuevo a la carga en su particular cruzada contra el Islam y la inmigración irregular, y con Santos Cerdán en Soto del Real Real y a la espera de noticias judiciales, en Bildu han decidido que es el momento de ahormar el bloque de la investidura.

Para los abertzales es hora de hacerse fuertes ante el inevitable auge de Vox, pegamento de todas las izquierdas y opciones soberanistas del Congreso. El propio Arnaldo Otegi lo ha dejado claro con sus palabras.

La izquierda abertzale ha decidido pisar el acelerador de la gobernación del Estado, asumiendo un papel central y público al volante político del bloque de la investidura. Un paso que marca un nuevo hito en su estrategia política.

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En los últimos cinco meses, desde el estallido del demoledor informe de la UCO sobre el exsecretario de Organización del PSOE, Bildu ha pasado de visitar el Palacio de la Moncloa por primera vez en su historia para escuchar de Pedro Sánchez una primera estimación de daños.

A ponerse, en suma, al frente del volante de la Gobernación del Estado en un rol que, en paralelo, desplaza de nuevo el tradicional hueco que solía desempeñar en Madrid el Partido Nacionalista Vasco de Aitor Esteban.

Bildu y su líder han celebrado esta semana reuniones de análisis con ERC, Más Madrid y Mes per Mallorca, socios todos imprescindibles en este contexto político en el que el Gobierno y el bloque de izquierdas necesitan aferrar cada voto disponible para salvar in extremis cada pleno de votación.

Los soberanitas afirman que estas reuniones tienen que ver con su Conferencia Política de septiembre. Pero, a falta de conocer más detalles sobre posibles nuevos encuentros políticos, las imágenes de Otegi y sus socios encierran un profundo simbolismo.

Bildu vuelve a desempeñarse como uno de los aliados más fiables de Sánchez y apuesta por el pragmatismo como medida de contención contra los de Santiago Abascal. La izquierda abertzale apuesta por agotar los dos años que restan de Legislatura de Pedro Sánchez.

Del encuentro con Esquerra Republicana, ambas formaciones han reconocido estar “en un momento crucial para los pueblos vasco y catalán”.

“Frente a la ola reaccionaria que se levanta en el Estado español, coincidimos en que la solución es más nación y más construcción nacional”, reza el comunicado conjunto. “Por lo tanto, seguiremos en esa senda, tanto desde la calle como desde las instituciones”.

Con Más Madrid, el partido de la ministra de Sanidad, Mónica García, y segunda fuerza política en la Comunidad de Madrid, han coincidido en hacer frente a la extrema derecha y a la ola reaccionaria de los de Abascal y sus aliados europeos.

“La reacción autoritaria y de ultraderecha que amenaza la democracia debe tener como respuesta la colaboración entre fuerzas progresistas y de izquierdas, así como la puesta en marcha de políticas públicas transformadoras”, han explicado.

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Y con Mes per Mallorca, la nota conjunta de ambas formaciones señala “que nos encontramos en un contexto político volátil, con riesgos, pero también con importantes retos y oportunidades para las fuerzas soberanistas”. “Coincidimos en que la construcción de frentes amplios constituye la mejor garantía para trabajar de manera eficaz”.

Con toda la atención mediática y política puesta en los incendios, Bildu ejerce de apagafuegos de los rescoldos del caso Cerdán en uno de los momentos más delicados de la Legislatura.

En paralelo, el PNV aguarda un discreto segundo plano mientras el PP lo vuelve a convertir en el foco de buena parte de sus dardos políticos. Para el número dos del PP, Miguel Tellado, el PNV es un “trampantojo” y “la muleta más dócil de Pedro Sánchez”.

Por acción de unos, omisión de otros, o ataques de Tellado, lo cierto es que el curso político arranca este año con el epicentro puesto en Donostia y con las filas de los socios de Sánchez aparentemente reforzadas frente a la pinza de PP y Vox.

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