Los actos de apoyo a ETA se duplican en 2022 según Covite

Más de diez años después de la desaparición de ETA, a día de hoy apenas quedan 14 presos fuera de las cárceles vascas. Pese a ello, las consecuencias de décadas la violencia continúan impregnadas en la sociedad vasca. Tanto, que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha registrado en su Observatorio de la Radicalización que durante 2022 se han realizado un total de 547 actos de apoyo a ETA.

Los actos de apoyo a la banda terrorista y a sus miembros han aumentado en un 139% con respecto a 2021, año en el que se registraron 228 actos. Pese a ello, Covite celebra que el número de 'ongi etorris' este año ha sido el más bajo desde que empezaron a denunciar este tipo de actos, a finales de 2016, habiéndose producido un 'ongi etorri', el realizado a Ibai Aginaga el 13 de marzo en Berango. 

El Colectivo ha atribuido la desaparición de los 'ongi etorris' a su "labor de denuncia de este tipo de actos humillantes e indignos", que ha dado como resultado "el rechazo de la mayoría de la sociedad vasca". Asimismo, la presidenta de Covite, Consuelo Ordoñez, ha expresado su deseo de que el próximo año no se realice ningún acto de este tipo.

Un 'ongi etorri' en Euskadi.

Continúa el "culto" a ETA

A pesar de que los datos invitan a la esperanza, la asociación lamenta que continúa el "culto" a ETA a través de otro tipo de actos. Por ejemplo, el Colectivo ha contabilizado 226 pintadas y pancartas de ensalzamiento a la banda terrorista y a sus presos; 174 manifestaciones en las que se ha reclamado la amnistía –que no el acercamiento a cárceles vascas– de presos o 44 homenajes públicos a etarras fallecidos. Según aclara Covite, lo que más ha aumentado con respecto al año pasado ha sido el de las manifestaciones a favor de la amnistía, concretamente en un 190% con respecto a 2021. Este medio ya informaba en septiembre de que los actos de enaltecimiento de ETA crecieron un 163% durante este verano.

Sin ir más lejos, el pasado 17 de diciembre Sare se manifestó en Azpeitia para pedir la libertad de Gotzon Aranburu, uno de los etarras responsables del asesinato de Antonio Molina en 2002. Casualmente la manifestación se produjo en el aniversario de la muerte de Molina, lo que provocó la indignación de la Fundación Fernando Buesa. “Hoy debería ser un día de recuerdo hacia Antonio y su familia. Es el mundo al revés, empatía para el victimario y olvido para la víctima. Este no es ni será nunca el camino hacia la convivencia”, lamentaron desde la fundación.

"Centenares de jóvenes están creciendo con la idea de que los etarras son héroes. Reivindicar la amnistía para quienes están en la cárcel por crímenes gravísimos podrá ser legal, pero es un claro síntoma de anormalidad moral y democrática", denuncia Covite, mientras lamenta que las instituciones "continúan sin tratar este asunto con seriedad".