Así es la casa de Karlos Arguiñano, a 28 minutos de Donostia: tradicional, acogedora y rústica

Karlos Arguiñano es una figura destacada en el ámbito culinario, tanto en Euskadi como a nivel nacional. Su carisma le permite conectar de manera perfecta con sus espectadores. No solo es un chef excepcional que busca constantemente las mejores recetas para sorprender a sus comensales, sino que también se esfuerza por crear experiencias culinarias accesibles para todos.

El chef es un enamorado de su tierra del que se siente orgulloso. Tanto es así que ha creado su negocio en ella, porque como bien define su filosofía “como en casa, en ningún lado”. En 1979, inauguró su propio restaurante, y posteriormente, dio un paso más al abrir un hotel con vistas al mar y años más tardes creó la Escuela de Hostelería Aiala.

En España, es común observar que las celebridades como futbolistas, cantantes, actores, influencers, entre otros, han adquirido impresionantes propiedades que no carecen de comodidades. Estas residencias modernas incorporan todas las tecnologías disponibles y exhiben un estilo excepcional. No obstante, aún existen personalidades destacadas que mantienen el aprecio por lo sencillo y familiar, como es el caso del reconocido cocinero vasco, Karlos Arguiñano.

La casa familiar de Karlos Arguiñano en su tierra

Arguiñano vive junto a su familia en lindo municipio de la provincia de Gipuzkoa, Zarautz, que se encuentra ubicada en el centro de la Costa Vasca. En esta villa, se ubican los negocios y la casa familiar del chef vasco, donde vive con su esposa María Luisa Ameztoy.

La casa del chef es una tradicional vivienda vasca que se caracteriza por aspectos como los espacios amplios y con toques modernos y rústicos. La estancia favorita de la vivienda sin duda es la cocina, que es donde más tiempo pasa el cocinero. Tanto es así, que si comparamos la cocina del programa de Antena 3 y la de su casa comprobamos que es muy parecida ya que dispone de una maravillosa isla en el centro donde se encuentra la vitrocerámica y varios armarios para guardar los diferentes menajes y utensilios de la cocina. No pasa de desapercibido el decorado con mármol veteado en tonos beige y claros que combinan a la perfección con la abundante madera oscura del resto de la casa.

Además, la cocina del chef se integra de forma fluida con el salón-comedor, donde dispone de una gran mesa para seis u ocho comensales y otra mesa ovalada frente al ventanal del fondo. Esto permite compartir tiempo mientras cocinas con el resto de miembros de la familia o invitados, además de que los comensales puedan seguir y ver en directo el proceso de elaboración del receptor. Esta estética permite que todo sea más familiar.

Uno de los aspectos que hace que esta vivienda sea más especial y acogedora es los grandes ventanales que permite que sea muy luminosa y tenga vistas al horizonte de su propio jardín, donde tiene una mesa de madera maciza para reunirse en familia y disfrutar del tiempo libre.

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