Christian Bruch, CEO de Siemens Energy / EFE

Christian Bruch, CEO de Siemens Energy / EFE

Empresas

Siemens Gamesa respira con el mayor rescate a una empresa en España de la última década

La operación conjunta de Berlín y el Gobierno de Sánchez supondrá la aportación pública más abultada para salvar una compañía después de la crisis bancaria

16 noviembre, 2023 05:00

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Está en marcha el plan para salvar a Siemens Energy y a su filial Siemens Gamesa. Las cifras concretas y la letra pequeña de la operación de rescate conjunta entre el Gobierno alemán y el español no están cerradas, pero por lo avanzado se puede decir que será el mayor espaldarazo público del que se beneficiará una empresa en España desde el rescate bancario de 2012.

Hace algo más de once años el entonces presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, anunciaba en una controvertida comparecencia un "préstamo" europeo para la banca de hasta 100.000 millones de euros. Evitando en todo momento hablar de rescate, Rajoy venía a colocar la primera piedra de la profunda reestructuración de un sector que, según las últimas estimaciones, acabó absorbiendo algo más de 60.000 millones de dinero público.

Las entidades agrupadas para dar origen a BFA/Bankia, con una inyección conjunta de más de 20.000 millones de euros, recibieron la mayor parte del pastel. Una auténtica millonada que sirve para poner en perspectiva lo que supone la operación para tapar el agujero de Siemens Gamesa.

Sí es cierto que se trata de planes de ayuda de distinto perfil, como también lo es que en estos casos siempre se intenta maquillar las consecuencias negativas que puede acarrear la operación para las arcas públicas. Según lo avanzado por la propia Siemens Energy, propietaria de Gamesa, se trata de líneas de avales para poder dar continuidad a determinadas operaciones. El CEO de la firma energética alemana, Christian Bruch, remarcaba en ese sentido que si todo sale bien los avales repercutirán positivamente en las cuentas de los respectivos países.

Y es verdad que las buenas perspectivas que se le auguran al negocio eólico invitan al optimismo, pero todo avalista corre riesgos, más aun de la mano de una compañía cuya imagen se ha deteriorado mucho en los últimos tiempos.

Un trabajador de Siemens Gamesa.

Un trabajador de Siemens Gamesa. SG

Berlín al rescate

Será el Ejecutivo alemán el que asuma en principio el mayor riesgo, aunque a la vez eso le permitirá blindar en mayor medida el futuro del negocio en ese país. No hay que olvidar que la línea de ayuda en marcha desde Berlín va dirigida a Siemens Energy y por tanto a respaldar proyectos de la firma germana, no solo de Gamesa. Según Bruch Berlín se hará cargo de 7.500 millones de un paquete de avales de 12.000, en el que acompañan diversos bancos destacando Deutsche Bank.

En el caso de España, como avanzó Crónica Vasca, está ya en negociación otra línea de 3.000 millones que es a la que se agarran los trabajadores para garantizar el negocio onshore y la continuidad de los 5.000 empleos de Siemens Gamesa en España (la compañía tiene en total 25.000 trabajadores en el mundo, una cuarta parte de todo el empleo de Siemens Energy).

Se espera aquí también la participación de la banca privada aunque la idea es que el Ministerio de Industria lidere la operación a través de Cesce. La suma se acercaría por tanto a esos 15.000 millones solicitados en su día por Siemens Energy, todo ello sin contar otras fuentes de ingresos contantes y sonantes en este caso con la aportación de Siemens AG (el conglomerado que agrupa los activos de todo Siemens).

Instalaciones de Nervacero, del grupo Celsa / CV

Instalaciones de Nervacero, del grupo Celsa / CV

Celsa, el récord tras la pandemia

A falta de concretarse cuál será la participación final de Industria, todo apunta a que los avales superarán en total con creces el que ha sido el mayor rescate del Gobierno español por los efectos de la pandemia, el del grupo siderúrgico Celsa. La firma catalana, con varias plantas en Euskadi, logró in extremis entrar en el abanico de compañías rescatadas por la Sepi, la sociedad industrial del Estado, con una inyección de 550 millones de euros.

La cifra, superior a los 475 millones de Air Europa, palidece si se compara con los volúmenes totales que se manejan para Gamesa. Es más, el fondo de la Sepi para empresas estratégicas afectadas por el covid habría gastado sumando todas las operaciones (algo más de un centenar) en torno a 4.000 millones de euros, apenas mil más de lo que demanda la firma alemana al Gobierno de Pedro Sánchez.

Un par de años antes del covid fue muy mediático el rescate a las autopistas, para las que el Ejecutivo central reservó 2.000 millones eso sí, repartidos entre varias compañías.

Echando la vista aun más atrás en un repaso a las grandes empresas quebradas en España, Martinsa Fadesa se declaró insolvente con 7.000 millones de deuda y quedó fuera del plan de rescate a las inmobiliarias del ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Nueva Rumasa, protagonista de otra de las quiebras históricas en España y heredera de la expropiada Rumasa, se vino abajo con una deuda de unos 700 millones. Se estima que la expropiación de Rumasa ordenada por Felipe González en 1983 costó al Estado 3.600 millones de euros.