
Los vecinos de Labraza judicializarán por otra vía el parque eólico, cuyas obras no han empezado
Los vecinos de Labraza judicializarán por otra vía el parque eólico cuyas obras no han empezado
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A esperas de que el PTS sea aprobado de manera definitiva y con Álava como foco de interés para promotores energéticos a la hora de instalar sus proyectos, los vecinos de Labraza ultiman un nuevo movimiento en contra del parque eólico.
Un proyecto, de 8 aerogeneradores de 200 metros de altitud, que será, previsiblemente, el primer proyecto eólico vasco tras dos décadas sin impulsar ninguna instalación de este tipo.
Y es que, mientras la proyección y puesta en marcha de proyectos fotovoltaicos avanza a pasos agigantados, no es así con los de tipo eólico, cuyas proyecciones están cayendo en los últimos meses y su puesta en marcha todavía no es una realidad.
Y es Labraza el ejemplo más claro. Una instalación eólica colindante con terrenos navarros de la que se lleva hablando desde 2022, y cuyas obras no han empezado.

Aerogeneradores de Aguilar de Codés, próximos a Labraza
Ni camiones, ni excavadoras
Sin rastro de herramientas o camiones que hagan prever la inminencia de las obras, los vecinos del consejo señalan a los molinos vecinos como comparación. A poco más de 5 kilómetros de Labraza, en terreno navarro, en Aguilar de Codés, descansan varias docenas de aerogeneradores cuya altura oscila entre 40-80 metros.
Los que están proyectados en territorio vasco -la gran mayoría parcelas privadas-, apuntan, serían de 200 metros de altura, y el primero de esa hilera de 8 molinos estaría a 1,5 kilómetros de la última casa del pueblo, lo mínimo estipulado por la ley. “Por lo que el impacto visual va a ser tremendo”, enfatizan.
Cada día vigilan si en terreno vasco hay alguna novedad. Por el momento, ninguna. El promotor no ha pedido la licencia de obra, tampoco están las herramientas necesarias para hacer la cata de terreno y saber si este es erosionable o no - “está catalogado así”-.
Tampoco hay ningún camión que permita entender que se van a ampliar los caminos actuales por los que la posterior maquinaria y trabajadores llegarían a los puntos de instalación seleccionados desde Aguilar de Codés. Caminos que ramifican el concejo, actualmente, son de 3 metros y está proyectado que alcancen los 12 metros, -cuadruplicando así su longitud-.
Y tampoco se han llevado a cabo los estudios necesarios para saber si estas obras afectarán a los más de 15 ‘poblados antiguos’ cuyos restos rondan la villa.

Ubicación donde se instalaría el primero de los ocho aerogeneradores
Judicializarlo, de nuevo
Por todo ello, los vecinos del consejo llevan cuatro años intentando que el proyecto se rechace.
El año pasado, la Junta Administrativa de Labraza presentaba un recurso contencioso-administrativo contra la autorización administrativa previa del parque eólico Labraza y su infraestructura de evacuación.
Un movimiento especialmente significativo no solo porque se hacía contra el que va a ser el primer parque eólico después de años -abriendo así la veda a la implantación de otras muchas instalaciones-, también porque se interponía junto al Consejo Regulador de la DOCa Rioja.
Ya en aquel momento la Junta avisaba, estaban recaudando dinero para abrir nuevos procesos judiciales. Y ese momento ha llegado. Lo harán por una segunda vía, para "impugnar la aprobación de Plan Especial", y también con el apoyo del Consejo Regulador riojano.
Un órgano, señalan, que es su máximo y prácticamente único apoyo y que está motivado por el impacto que estos proyectos pueden dejar en el territorio. En lo que a ellos les concierne, próximo a las bodegas, “que actualmente está invirtiendo mucho”.
“Desprotegidos y traicionados”
Los vecinos del consejo señalan que todo este proceso inició con el apoyo de la alcaldía de Oyón, municipio del que depende el consejo, y actualmente está dirigido por EH Bildu.
Aseguran que el alcalde del municipio había participado en numerosas concentraciones en contra del proyecto, así como en presentar recurso al parque; pero que; sin embargo, aprobó el mismo después de un tenso pleno. Por ello, los vecinos se muestran “traicionados y desprotegidos”.