
La higiene dental a través del cepillado favorece una vida saludable
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Boca sana, cuerpo sano: el vínculo entre las encías y el corazón
Cuidar la salud bucodental previene desde infecciones locales hasta enfermedades cardíacas o complicaciones en personas con diabetes. La higiene diaria, una dieta adecuada y las visitas al dentista pueden ser determinantes
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Mantener una boca sana no es solo cuestión de estética. Una correcta salud bucodental puede protegernos de enfermedades que van mucho más allá de la cavidad oral, como problemas cardiovasculares, diabetes mal controlada e incluso trastornos respiratorios.
“La inflamación crónica de las encías, conocida como enfermedad periodontal, puede elevar el riesgo de infartos y accidentes cardiovasculares”, explica el doctor Carlos Mederos, odontólogo experto en cirugía, implantes y estética dental del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi.
Encías y corazón: una conexión real
La relación entre encías inflamadas y enfermedades cardiovasculares está respaldada por una creciente evidencia científica. Pero no es el único vínculo relevante. En personas con diabetes, la relación es bidireccional: quienes tienen diabetes son más propensos a padecer periodontitis, y ésta, a su vez, puede dificultar el control de la glucosa.
“La salud de la boca no es un compartimento estanco. Tiene repercusiones directas sobre nuestro bienestar general”, subraya Mederos, quien recuerda que cuidar la salud bucodental no es un gesto cosmético, sino una inversión en salud integral. “Unas encías sanas y libres de inflamación crónica nos hacen estar más sanos en todos los sentidos”. Por eso, una buena higiene oral puede ser un aliado esencial para mantener la salud en equilibrio.
Más que cepillarse: cómo evitar errores comunes
Aunque la mayoría de las personas se cepillan los dientes a diario, los fallos técnicos siguen siendo muy frecuentes. “Cepillar en horizontal, apretar demasiado o hacerlo con prisas puede ser contraproducente”, apunta el especialista.
Para mejorar la eficacia del cepillado, recomienda el uso de cepillos eléctricos, que suelen incluir temporizadores para asegurar los dos minutos recomendados y mejoran la limpieza, especialmente en personas con movilidad reducida o dificultades de técnica.
El cepillo no lo es todo. Incorporar a la rutina el uso de hilo dental o cepillos interdentales es clave para limpiar los espacios donde el cepillo no llega. “Si no eliminamos bien los restos de comida entre los dientes, el riesgo de inflamación y caries aumenta considerablemente”, indica el doctor.
Prevención desde pequeños, estética para mayores
Además, advierte sobre un error muy común: retrasar la primera visita al dentista en la infancia. “Lo ideal es llevar a los bebés al dentista a partir de los seis meses, tras la erupción del primer diente. Esto ayuda a detectar a tiempo problemas en el desarrollo bucodental y a generar una relación positiva con el entorno odontológico”.
Cada vez más personas entienden que la salud oral es parte de un estilo de vida saludable. “Hoy vivimos más y queremos vivir mejor, y eso incluye cuidar nuestra sonrisa”, comenta Mederos. Esto ha impulsado la demanda de tratamientos que combinan salud, funcionalidad y estética.
Una buena higiene, una dieta baja en azúcares y ácidos, y evitar el tabaco son pilares fundamentales. “Fumar afecta la cicatrización, disimula los signos de enfermedad y complica el diagnóstico temprano en la boca”, advierte el odontólogo.
Bruxismo y señales que no se deben pasar por alto
Otro problema creciente es el bruxismo, o rechinar involuntario de los dientes, sobre todo relacionado con el estrés. Este hábito puede desgastar las piezas dentales y causar molestias en la mandíbula.
Por último, hay señales de alerta que nunca deben ignorarse: sangrado de encías, mal aliento persistente, movilidad dental, heridas en la boca que no sanan en 15 días o dificultad para tragar. “En fumadores, estos síntomas pueden pasar desapercibidos debido al efecto vasoconstrictor del tabaco”, remarca Mederos.