¿Se acelerarán o no las obras de la infraestructura más esperada en Euskadi? ¿La ansiada llegada de la alta velocidad será una prioridad para el nuevo Gobierno o volverá a un segundo plano que aumentaría todavía más los retrasos? ¿Se respetará la encomienda de gestión acordada por los ejecutivos vasco y central? ¿La conexión con Navarra será por Vitoria o por Ezkio (Guipúzcoa)? ¿Los nuevos gobernantes presionarán a Francia para que conecten según los plazos acordados?
Estas y otras preguntas sobre el Tren de Alta Velocidad (TAV) deberían encontrar las respuestas en las elecciones generales. Y es que esta cuestión tan relevante para la sociedad y la economía vascas también está en juego en la cita con las urnas del próximo domingo.
No sólo los traspasos de competencias o el nivel de autogobierno se dilucidarán con los votos. El futuro de la Y vasca también se vota el 23-J. Porque, sea o no un tema central en la campaña, lo cierto es que el nuevo Gobierno de España tendrá que decidir qué pasa con la alta velocidad en Euskadi.
¿Se acelerarán las obras?
El PP y el PSOE, los dos grandes partidos nacionales con posibilidades de gobernar, hablan de acelerar las obras para que el TAV sea una realidad cuanto antes. Esta es la cuestión fundamental, porque lo cierto es que la infraestructura acumula varias décadas de retrasos.
Durante la campaña electoral ambas formaciones se han lanzado ataques por la construcción del AVE vasco. Desde el PP insisten una y otra vez en la necesidad de impulsar estas obras y critican los retrasos durante la pasada legislatura, con el Gobierno de Pedro Sánchez. Desde el PSOE responden que la alta velocidad para Euskadi se retrasó sobre todo cuando gobernaban los populares.
Precisamente el exministro de Fomento del PP y actual dirigente del partido Iñigo de la Serna señaló en un acto en Bilbao que PNV y PSOE eran los responsables del retraso. El secretario general del PSE, Eneko Andueza, le acusó de mentir, puso en valor los avances durante la pasada legislatura y respondió que "voluntad de trabajo e inversiones millonarias para garantizar la conexión ferroviaria con el resto de España y con Europa".
Más allá de los dimes y diretes de los mítines, la clave está en si el nuevo Ejecutivo que salga de las urnas tendrá o no como prioridad el impulso de esta infraestructura que acumula años y años de retrasos en Euskadi. La última fecha prometida para la llegada del AVE vasco es 2028, pero las decisiones políticas serán determinantes para cumplirla o no.
El último gran avance en esta cuestión fue el acuerdo entre los gobiernos central y vasco para una encomienda de gestión; es decir, las instituciones vascas se encargarán de la construcción y luego lo descontarán por la vía del cupo. Ese plan ya está en marcha con algunas licitaciones ya cerradas. Pero en esto, como en casi todo, el Gobierno central decidirá en última instancia.
¿Y las conexiones?
La duda estriba en si quienes gobiernen seguirán adelante con esa fórmula de la encomienda u optarán por otra. Pero esa no es la única duda. Porque tampoco está claro por dónde se conectará la Y vasca con el resto de vías de alta velocidad. A este respecto, también las dos formaciones con posibilidades de gobernar España apuntan a que la conexión con la alta velocidad de Navarra (y, con ello, con el arco mediterráneo) sea por Vitoria y no por Ezkio.
Esto último se ve de forma diferente en el PNV, puesto que los jeltzales defienden que la mejor conexión es por la localidad guipuzcoana. O, mejor dicho, la postura oficial de los peneuvistas es esa, pero en el PNV de Álava discrepan abiertamente y prefieren una conexión que permita a la capital de Euskadi ser un nudo decisivo que conecte con el resto de España.
Otra gran incógnita sobre el futuro del TAV también dependerá en buena medida de quienes gobiernen tras el 23-J. Porque desde el Ejecutivo central tendrán en su mano presionar a Francia para que culmine la conexión del tren de alta velocidad en 2030 y no en 2042, última fecha establecida por el gobierno galo.
Esta es una cuestión más que relevante para el futuro de la infraestructura. Sin ir más lejos, este mismo miércoles el lehendakari, Iñigo Urkullu, se entrevista por videoconferencia con la comisaria de Transportes de la Unión Europea, Adina Valean, para pedirle que Francia cumpla los plazos acordados.
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