La voz de las víctimas en las aulas para que el olvido no impere entre los jóvenes
Los días 8 y 9 de junio ha tenido lugar la segunda edición de las Jornadas de ‘Memoria y Prevención del Terrorismo’ en Vitoria
10 junio, 2023 05:00Noticias relacionadas
“Pensar en lo que pasó es deber de todos”. Es una de las frases que Primo Levi, uno de los supervivientes del Holocausto, escribió en su obra ‘Los hundidos y los salvados’ (1986).
Una frase que se puede aplicar al conocimiento sobre el terrorismo y que debe hacernos reflexionar sobre la importancia de conocer lo sucedido y más entre quienes, en muchos casos, no lo han vivido de cerca.
Con este objetivo, el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y el Instituto Nacional de Tecnologías educativas y de Formación del Profesorado han celebrado los pasados días 8 y 9 de junio —en la sede del Memorial—, la segunda edición de las Jornadas de ‘Memoria y Prevención del Terrorismo’. Unas jornadas destinadas a analizar la gestión de recursos pedagógicos para llevar el terrorismo a las aulas y en las que han participado un total de 60 docentes de enseñanzas no universitarias de toda España, 12 de ellos de Euskadi. “La educación es el único medio para lograr una sociedad libre de fanatismos y violencia”, señalaba durante la presentación de las jornadas la Directora General de Evaluación y Cooperación Territorial, Mónica Domínguez.
Impera la necesidad de que los más jóvenes sepan lo que es el terrorismo y lo que ha supuesto para evitar que lleguen a legitimar esta violencia. De hecho, en encuestas realizadas a estudiantes de secundaria, bachillerato y de la universidad en el País Vasco y Navarra, desvelaban que entre el 20 y el 25% justificaban el uso de terrorismo con objetivos políticos. “Que los jóvenes no sepan qué es ETA podemos remediarlo, lo inquietante es que algunos justifican esa violencia”, señalaba Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo.
Uno de los ámbitos clave donde se debe hablar de terrorismo es el de la enseñanza y para ello, hay que conocer cuáles son los procedimientos más adecuados y los docentes tienen que saber cómo ponerlos en práctica de la mejor manera. “No se puede comprender la historia reciente del País Vasco y de España en su conjunto sin el terrorismo como uno de los factores clave”, explicaba Raúl López Romo, responsable del Área expositiva y educativa del Centro Memorial, quien advertía que se “corre cierto peligro de caer en el olvido”. “Por una parte, un olvido natural o comprensible hasta cierto punto, pero al mismo tiempo hay que tener en cuenta que no se está contando lo que pasó, ni siquiera en las familias”, puntualizaba.
De esta forma, a lo largo de estas dos jornadas, el Memorial ha querido mostrar el material didáctico que han elaborado sobre terrorismo. Además de hablar de las siete unidades didácticas sobre contenidos curriculares referentes a la historia del terrorismo, han enseñado también a los docentes cómics, videojuegos o un glosario de términos relacionados con las víctimas, unos recursos muy útiles que puedan utilizar en sus clases.
Asimismo, los profesores han tenido la oportunidad de presenciar charlas, mesas redondas y participar en grupos de trabajo, además de Los propios docentes de escuchar a tres víctimas en una mesa redonda: Cristina Cuesta (hija de Enrique Cuesta), Ana Iríbar (viuda de Gregorio Ordóñez) y Antonio Miguel Utrera (herido en los atentados del 11-M).
La importancia del testimonio de las víctimas
Una de las partes fundamentales que más ayuda a los jóvenes a conocer lo ocurrido es escuchar el testimonio de las propias víctimas. El Memorial ofrece a los centros de enseñanza la posibilidad de que sus alumnos —de 4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato— reciban el testimonio presencial de una víctima del terrorismo en el salón de actos de su sede de Vitoria. “La voz de las víctimas es una herramienta muy útil para prevenir la radicalización”, indicaba Florencio Domínguez.
Pero además, en diferentes centros educativos de España se desarrolla el programa ‘Testimonio de víctimas en las aulas’, un proyecto para “educar, deslegitimar el terrorismo y sensibilizar sobre la violencia”. Este programa nació como proyecto piloto en el año académico 2017-2018 en la Comunidad de Madrid con 50 colegios y, poco a poco, ha ido llegando a otras comunidades como La Rioja, Castilla y León o Extremadura. El relato de las propias víctimas capta la atención de los jóvenes de una forma nunca vista y, tal y como señalaba la Subdirectora General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo y Coordinadora de este programa, Paloma Pérez, “tiene un impacto mucho mayor del que podemos pensar”.
En este sentido, hace unos años, la tesis doctoral de María Jiménez —profesora de la Universidad de Navarra—, arrojó un dato muy significativo sobre los testimonios y hasta qué punto son importantes. La tesis reveló que exponer a los alumnos a testimonios de víctimas, hacía que el rechazo absoluto por parte de los estudiantes, en este caso hacia el terrorismo de ETA, aumentase de un 58 al 72%.
Una de las víctimas a las que han podido escuchar varios estudiantes a lo largo de estos años es a Pedro Mari Baglietto, hermano de Ramón Baglietto, concejal de UCD asesinado por ETA en Azkoitia en 1980. Algunas de las preguntas que surgían y le hacían los jóvenes tras escucharle atentamente eran : “¿los asesinos han mostrado arrepentimiento?, “¿cuál fue tu reacción al conocer el asesinato de tu hermano?” o "¿crees en la auténtica reconciliación?”.
"Sistematizar el testimonio"
A pesar de estas iniciativas, todavía queda camino por recorrer. Como asignatura pendiente queda “sistematizar el uso del testimonio en educación”, algo que en otros países está muy avanzado. “Prácticamente todos los chavales de secundaria en Italia se leen ‘Si esto es un hombre’, de Primo Levi o en Holanda hacen lo propio con el diario de Ana Frank o visitan campos de concentración”, explicaba López Romo.
En relación con este asunto, Joseba Arregi, Doctor Investigador de la UPV/EHU y presente en las jornadas, hacía una férrea defensa de estos testimonios y que además lleguen a quienes serán los futuros docentes. Desde 2018 lo hacen desde el Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Facultad de Educación. “Yo he visto milagros y si nos ceñimos solo a los vídeos, vamos a perder mucha efectividad. De hecho, en la Universidad del País Vasco, si no hay dos víctimas, no funciona. Tenemos siempre una víctima de ETA y otra de otros tipos de terrorismo o colaterales. Contamos mucho con cualquiera de las dos hijas de Fernando Buesa o Pili Zabala”, comentaba Arregi.