El Guggenheim, Bilbao.

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Sociedad

El fin de Bilbao está a la vuelta de la esquina: esto es lo que dice ChatGPT

Uno ha escuchado miles de veces que el fin del mundo llegará tarde o temprano. El año 2011 fue cuando el predicador Harold Camping explicó que el mundo llegaría a su fin y en 2012 pasó algo parecido con los mayas.

18 agosto, 2023 10:44

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¿Cuántas veces ha escuchado uno que se acerca el fin del mundo? Se lleva diciendo desde hace cientos de años. El teólogo y fundador del protestantismo Martín Lutero ya comentó que la Tierra no pasaría del año 1600. El astrónomo Ca­mi­lle Flam­ma­rion creyó, en 1910, que el cometa Halley acabaría con la vida humana en el planeta.

En 2011, año en el que el predicador Harold Camping explicó que el mundo llegaría a su fin. En 2012 pasó algo parecido con la civilización maya, lo que alarmó a todos y, de hecho, los medios de comunicación no dejaron de publicar noticias sobre ello. Según las teorías de este pueblo, la fecha de la extinción humana iba a ser el 21 de septiembre de ese año puesto que el calendario maya finalizaba tras más de 5.000 años. Ahora, ChatGPT ha intentado averiguar cómo será el fin de la ciudad de Bilbao. 

Bilbao: el fin se acerca

La inteligencia artificial ChatGPT ha señalado que el fin apocalíptico de Bilbao derivará de una serie de factores, como el cambio climático, los factores demográficos y la tensión social. El primero se hará cada vez más evidente cuando los patrones meteorológicos extremos sean más devastadores y frecuentes. 

Así, Bilbao experimentará olas de calor interrumpidas, a veces, por lluvias torrenciales que causan inundaciones. El nivel del mar aumentará y supondrá una amenaza en las zonas de costa y de la ciudad. No es de extrañar que, debido a ello, las inundaciones sean cada vez "más frecuentes y graves, dañando infraestructuras clave y dificultando la vida diaria". 

La población de la ciudad, por su parte, seguirá creciendo sin un desarrollo urbano y planificación. Ello provocará una falta de viviendas asequibles y de calidad que llevará a los ciudadanos a mudarse a zonas más vulnerables. La falta de recursos generará, como consecuencia, la desesperación y desigualdad en la ciudad. La tensión social será el resultado de las presiones que ejercerán el cambio climático y el desafío demográfico. 

La lucha por el agua potable y alimentos, además, se intensificará, y ello llevará a  conflictos locales y un aumento de la delincuencia. Asimismo, la desconfianza en las instituciones gubernamentales "fomentará la fragmentación social, dificultando los esfuerzos de colaboración para abordar los problemas emergentes". 

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