Una comunicadora.

Una comunicadora. Freepik

Sociedad

Adriana (27 años), española recién llegada a Bruselas, decepcionada: "Me mudé gracias a las prácticas por 1.600 euros "

Meses después de la finalización de sus prácticas, ha regresado para trabajar por 2.000 euros, algo que no le ofrecieron en España. 

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Adriana es una de las más de 100.000 jóvenes vascas que han emigrado de Euskadi para instalarse en el extranjero. En enero de 2024, fueron 103.614 vascos los que residían fuera del territorio vasco, lo que supuso un aumento del 3,6% con respecto a 2023, según EFE. Casi la mitad se concentraban en Francia, México, Reino Unido y Argentina. 

La joven ha pasado por Euskadi, Barcelona, Madrid y las islas Canarias para buscar trabajo de comunicadora o periodista, pero en ningún sitio le ha salido un puesto digno de lo que ha estudiado, solo en la capital belga, Bruselas. Adriana se mudó al país en un principio gracias a una beca Global Training que recibió por parte del Gobierno Vasco. Con ello pudo trabajar para una radio y mantenerse con una dotación de 1.600 euros al mes.

"Pude tener la experiencia de hacer prácticas en el extranjero por 1.600 euros, yo elegí Bruselas porque había una oportunidad laboral que me interesaba, que era la de trabajar en una radio, algo que no había tenido posibilidad de hacer en Euskadi", confiesa para CRÓNICA VASCA. Meses después, la quisieron contratar oficialmente y ha regresado para trabajar a jornada completa por unos 2.000 euros al mes. 

Obligada a abandonar la tierra

Adriana regresó para trabajar en las islas Canarias una vez finalizada su beca en Bruselas. Meses después, le llamaron para trabajar con un contrato estable y a jornada completa por unos 2.000 euros. "Yo me fui sin esperanzas de regresar, pero no me duele tener que volver porque ya me he ido muchas veces [de Euskadi], siempre que he visto oportunidades, he dicho que sí", aclara. 

Siente alivio al pensar en poder continuar creciendo como profesional y de poder vivir de manera digna gracias a una oportunidad que no le han brindado otros lugares de España. "Lo que más me ha sorprendido es que es un puesto en el que se me ha permitido trabajar muy libremente".

Este trabajo no solo le permite a Adriana cobrar de manera digna y garantizar su estabilidad, sino organizar su propio programa y también tener sus propias secciones pese a ser junior,algo que en el mundo periodístico español suele estar muy limitado y jerarquizado. "En Euskadi cobraría más para este puesto, el problema es que no creo que se me ofreciera la oportunidad, solo trabajaría como redactora". 

Pese a que el desempleo de la profesión periodística cayese un 4,8% en 2024, según el Informe Anual de la Profesión Periodística 2024, la precariedad se ha cronificado como una de las mayores preocupaciones de los profesionales. Muchos trabajan más horas de las pactadas en sus contratos (más de 40 horas semanales), y perciben sueldos bajos para el trabajo desempeñado

Hoy, un redactor estándar con más de dos años de experiencia y de nivel A en España, según el Convenio colectivo estatal del sector de prensa diaria, debe cobrar 23.464,14 euros en 2025. Sin embargo, un periodista recién titulado, del nivel C, percibe el salario del grupo 4, es decir, 20.455,13 euros en 2025

A la joven le angustiaba la búsqueda de trabajo mientras vivía en España porque ello no le hacía crecer. Además, solo le ofrecían contratos de duración limitada y de redactora principiante o estándar. "No he visto, habiendo trabajado como redactora para sitios distintos, que ello me llevara a subir un escalón más", subraya. "Creo que estoy capacitada a hacer algo más grande que eso". 

Admite que, cuando se puso a buscar trabajos para ser reportera, no se valoró su Currículum Vitae. Sentía impotencia porque consideraba y considera tener formación y experiencia suficiente. "He hecho prácticas en varios ámbitos, he sido community manager, me he dedicado a la edición, he sido redactora, he trabajado en televisión... Pero siempre se espera que nos conformemos con este tipo de puestos y yo no encontraba siquiera la posibilidad de entrar en una radio", lamenta.

Mandó su CV, sobre todo, a radios y a teles pequeñas para "buscar hueco y comenzar", ya que no le importaba iniciar como reportera "desde algo bajo", pero no le salió nada. "A raíz del máster me salieron más cosas, pero no me ofrecieron puestos de responsabilidad real y da rabia porque estás preparada, pero no te dejan, y si no me dejan demostrar mi lado creativo o lo que yo valgo, claro que cualquiera puede hacer lo que yo estoy haciendo".

Después, le salió un trabajo durante tres meses. "Lo dejé porque me estaba afectando la salud mental y luego desapareció el programa, creo que esto es algo que pasa mucho en esta carrera. En periodismo o comunicación hay mucha inestabilidad, nunca hay nada, siempre estás cambiando de un lado a otro, no sabes si te van a coger en otro sitio, terminas un trabajo sin tener claro cuál será el siguiente paso", expresa. 

En su caso, ha continuado creciendo en Bruselas porque le gustó mucho lo que hizo como becaria y porque las condiciones fueron ideales para ella. "Te da una estabilidad, se me ofrece de primeras un trabajo en el que puedo explorar muchas cosas, porque no es un trabajo de un puesto bajo de redactora, que es a lo que estoy acostumbrada". 

Su intención, en el futuro, es regresar, porque no quiere dejar de lado la tierra que le vio crecer. "Yo siempre he estado muy dispuesta a moverme de sitio, creo que es una mentalidad muy de nuestra generación: buscas lo que sea, tienes muchas cosas que pagar y no es fácil". 

Eso sí, si regresa, lo haría con una condición: quiere sentir que forma parte de este mundo. "Volvería si me ofrecen un puesto a la altura de mi experiencia, me da igual donde, me gustaría subir. Quiero creer que esta nueva experiencia suma y que se fiarán para contratarme en algo parecido".