El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu / Europa Press

El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu / Europa Press

Economía

Azpiazu dejará el Gobierno vasco con las cuentas saneadas y una reforma fiscal pendiente

El consejero asiste a su último gran cónclave con las diputaciones con las haciendas vascas camino del techo histórico de recaudación de 19.000 millones de euros

13 febrero, 2024 05:00

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Avanzan las haciendas vascas hacia un nuevo récord de recaudación que, según las previsiones oficiales, dejará el volumen total de ingresos a través de impuestos en 2024 por encima de 19.000 millones de euros. Una cota histórica 6.000 millones por encima del cierre del año 2016 (un 46% más), cuando Pedro Azpiazu asumió la cartera económica del Gobierno vasco.

El político bilbaíno consume sus últimos meses en Lakua, tal y como él mismo ha confirmado, y lo cierto es que tras dos legislaturas pilotando los grandes números del Ejecutivo puede lucir una buena hoja de servicios. Primero porque los ingresos no han parado de crecer con la salvedad lógica del año del covid. Ahí están las cifras brutas aportadas por las diputaciones en este último Consejo Vasco de Finanzas: el ritmo del crecimiento de la recaudación fiscal supera cualquier indicador macro como la inflación o la propia evolución del PIB.

En segundo lugar destaca la buena posición financiera del Gobierno vasco, incluso demasiado brillante a juicio de algunos de los principales actores económicos. No sólo entra más dinero procedente de las diputaciones, es que además Azpiazu ha mantenido el gasto a raya y ha destinado parte de esos recursos a consolidar a Euskadi como la comunidad autónoma ganadora en la relación entre deuda y tamaño económico.

Como señalaba el propio consejero en una entrevista en 'Crónica Vasca', "somos los que menos dinero debemos y además esa deuda tiene un costo muy bajo". Sin déficit, Euskadi ingresa lo mismo que gasta y su endeudamiento total apenas supera el 12% del PIB (nada comparable con la misma relación para el conjunto de la administración española, por encima del 100%).

El consejero, Pedro Azpiazu, durante la ponencia del proyecto de Presupuestos de Euskadi de 2024 en el Parlamento vasco / IREKIA

El consejero, Pedro Azpiazu, durante la ponencia del proyecto de Presupuestos de Euskadi de 2024 en el Parlamento vasco / IREKIA

Sin hipotecas

Azpiazu se jubilará con una cuenta de resultados notable y cederá el testigo al frente del departamento de Hacienda sin hipotecas. Pero eso no significa que el balance sea perfecto. Sindicatos y partidos de oposición consideran que la política de rigor fiscal estos años ha sido excesiva y entienden que al menos el superávit debería revertir en un mayor gasto social.

También en círculos empresariales se ve en la gestión de Azpiazu un sobreesfuerzo por presentar un balance público saneado y se demanda una política de gasto más 'generosa', sobre todo teniendo en cuenta que fue el propio consejero el que encabezó, en los años previos a la pandemia, una campaña para 'animar' a las empresas a subir los sueldos.

Decía entonces el político jeltzale que había que sentar las bases de la suficiencia de los recursos públicos (en este caso vía IRPF) para cuando vinieran mal dadas. El mensaje no sentó nada bien en las patronales vascas. Ahora que la inflación está obligando a muchas empresas a acometer subidas en las nóminas de varios puntos, la sensación es que son las haciendas las que se quedan parte de ese esfuerzo.

Sede de la Hacienda de Bizkaia

Sede de la Hacienda de Bizkaia

Reforma para ingresar más

Es de hecho el IRPF y las retenciones en las nóminas el pilar que sostiene el fuerte crecimiento de los ingresos en 2023 (+6,3%), empujado por el crecimiento del mercado de trabajo y la subida de sueldos. El IVA en cambio pierde algo de ritmo tras la gran aportación a las arcas públicas en 2022 por la fuerte inflación.

Más allá de la incertidumbre instalada a nivel global, no hay de momento nubarrones en el horizonte y todo apunta a que en 2024 continuará el ritmo de crucero. La recaudación seguirá creciendo de la mano de la mejoría del empleo y se cubrirán las necesidades fijadas en los Presupuestos, los últimos dibujados por el lápiz de Azpiazu.

Pero la incógnita es cuánto tiempo durará ese equilibrio. El propio PNV y su socio de gobierno, el PSE, asumen que tarde o temprano habrá que abordar cambios en la fiscalidad que permitan inyectar más recursos a medio plazo para blindar el futuro de los grandes servicios como Osakidetza o las ayudas sociales. "Hay tantas necesidades que todo incremento es poco", decía el consejero tras el consejo de finanzas.

Azpiazu termina su etapa en Lakua con esa reforma sin materializar, apenas han trascendido cuatro trazos de los bocetos que trabajan las diputaciones, y la sensación es que el buen cuadro general, así como los distintos sobresaltos que han ido llegando desde Madrid en forma de nuevos impuestos, han ido aplazando los deberes.

A estas alturas está claro que, al menos a corto plazo, más que reforma habrá retoques, y habrá que ver si estos llegan este año. Aunque en sentido estricto los cambios legales corresponden a las diputaciones, con las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina parece difícil que los trabajos preliminares de las haciendas forales se vayan a poner en marcha pronto. "No hay prisa", insiste Azpiazu.