José Jainaga junto al lehendakari Pradales y el consejero Jauregi en el Premio Korta / ARNAITZ RUBIO APREA-EUROPA PRESS
Comienza la era Jainaga en Talgo: las opciones de Euskadi para blindar el control del consejo
La configuración de un órgano de administración con ocho miembros deja una silla para el Gobierno vasco, que no ha aclarado si optará a ella
Andueza da por hecho que la Sepi tendrá un asiento en el consejo de Talgo y pide que sea vasco
Llegó el día en el que, al fin, José Antonio Jainaga tendrá todas las bendiciones para ser el nuevo dueño de Talgo. El empresario vasco se sube al tren acompañado de socios con participaciones similares, aunque con el acuerdo previo de dejar en sus manos la gestión y, se entiende, los principales cargos orgánicos en la compañía.
Una vez los accionistas aprueben esa ampliación de capital que permite la compra del 30% por el consorcio vasco y da garantías a la banca para refinanciar el proyecto industrial se irán despejando las incógnitas pendientes en clave de dirección.
"No queremos coleccionar consejeros", decía en un foro reciente organizado por El Diario Vasco el consejero de Industria, Mikel Jauregi, sobre si Lakua pedirá asiento o no en el consejo de administración de Talgo como hará la Sepi.
Un trabajador de Talgo
Presión de la Sepi
La cuestión tiene su miga. Si la sociedad estatal quiere estar en ese abanico de 8 miembros que tendrá la alta dirección de la compañía es porque busca ejercer cierta influencia. Hay que recordar que sobre la mesa hay una multimillonaria multa con otra pieza del Gobierno central implicada como es Renfe.
No es que los intereses del Gobierno central estén irremediablemente enfrentados a los de Euskadi, pero sí es cierto que la petición de la Sepi cambia el paso al consorcio vasco, que pretendía en un principio depositar en Jainaga plena confianza para hacer y deshacer.
Siempre dando por hecho que de la mano del dueño de Sidenor, con el que Lakua se ha labrado una relación más que fluida, llegarían los grandes frutos políticos de la operación para el Gobierno de Imanol Pradales, básicamente retornar la sede social a Euskadi y asegurar fuertes inversiones en la planta alavesa de Rivabellosa y su entorno.
Xabier Sagredo, presidente de BBK
Descartada la petición de nombramiento desde BBK, el otro actor que igualará en porcentaje a Jainaga, Lakua y la Sepi (en torno al 8%), una de las incógnitas por despejar es si el Ejecutivo vasco intentará entrar también en el consejo.
Pese a las declaraciones de Jauregi dando a entender que no será así, quedarse al margen tiene sus riesgos sobre todo teniendo en cuenta el empeño político que ha puesto Pradales en la operación.
Gana enteros en ese sentido una salida templada como la planteada por el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, de forma que la Sepi elegiría un representante vasco, se entiende por tanto del PSE, que sería una forma de reconocer el peso específico que tendrá Euskadi en el futuro de la compañía.
En la tarde del viernes se ha conocido que será así y que la Sepi ha elegido al presidente de la patronal alavesa, Juan Antonio Sánchez Corchero, en un claro guiño a Euskadi y en especial al tejido económico de Álava.
Carlos de Palacio Oriol, presidente de Talgo
Al menos una silla libre
Tras las bajas de comienzos de año ligadas a la salida de Trilantic (además un consejero independiente, Emilio Novela, falleció en mayo) y un par de nombramientos posteriores, el consejo de Talgo tiene actualmente media docena de miembros. Son dos menos de los que tendrá en la nueva etapa con Jainaga al frente, y habrá bajas y 'fichajes'.
Se da por hecho que saldrán el presidente, Carlos de Palacio Oriol, y el consejero delegado, Gonzalo Urquijo. La duda es por qué formula optará el consorcio vasco a la hora de conceder el poder a Jainaga, si será mediante la presidencia ejecutiva con un CEO de su confianza al lado o si incluso el bilbaíno podría llegar a querer solapar ambos cargos en uno.
A partir de ahí podrían quedar hasta tres vacantes, siempre partiendo de que continúan los independientes actuales (Antonio Oporto del Olmo, Marisa Poncela, María José Zueco y Mario Álvarez), una de ellas para el representante de la Sepi, el mencionado Sánchez Corchero.
¿Qué pasa con las otras dos? Una podría ser para la 'mano derecha' de Jainaga si este opta por nombrar un CEO, pero quedaría libre otra silla más. De nuevo el foco vuelve sobre el Gobierno vasco. Se espera que la 'toma de posesión' de Jainaga y de los nuevos cargos de produzca en los próximos días.