La pugna entre el Gobierno vasco y los sindicatos se recrudece en el momento más agrio del PNV

La convocatoria de dos jornadas de huelga que el pasado viernes hicieron la gran mayoría de sindicatos en Euskadi por fin tiene una respuesta directa por parte del Ejecutivo autonómico. Si hace unas semanas el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, acusaban a las centrales sindicales -además de a EH-Bildu-, de mantener una campaña contra el PNV para vincular los conflictos actuales de País Vasco con la formación jeltzale, ahora, descontentos con esta convocatoria solo rechazada por UGT, denuncian que estos dos parones en el ámbito público para los días 25 de octubre y 19 de diciembre no son la línea a seguir para resolver los muchos conflictos laborales abiertos en Euskadi.

Así, preguntado por este asunto en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el portavoz del Ejecutivo vasco y consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, instó a los sindicatos a replantear esta convocatoria y defendió que la vía para mejorar los servicios públicos es "el acuerdo y no la confrontación", por la que parecen apostar ELA, LAB, CCOO, Steilas y el resto de unidades sindicales. Las cuales, pretender reunir a más de 150.00 trabajadores de Euskadi en estas dos jornadas de protesta, desoyendo los últimos intentos de Urkullu para reducir la conflictividad social. 

Con esto, en representación del Ejecutivo, Zupiria reclamó a los sindicatos una explicación sobre los motivos de estas huelgas porque, a su juicio, "van a tener una repercusión directa en los servicios públicos básicos". Especialmente porque el llamamiento, al estar dirigido a los trabajadores de la administración vasca, afectará seriamente a las actividades desarrolladas por el Gobierno, diputaciones y ayuntamientos, y otros servicios públicos básicos "como educación o sanidad".

En esta línea, el consejero mostró el compromiso del Ejecutivo por "mejorar e impulsar los servicios públicos", e instó a la sociedad vasca a dar su opinión sobre estos paros convocados por ELA, LAB, CCOO, Steilas, Satse y ESK, sindicatos que conforman el 85% de la representación en el sector público vasco, y que en esta ocasión pretenden movilizarse como protesta por el progresivo e incesante "deterioro" de sus condiciones laborales y salariales.

Sindicatos llaman a la huelga de trabajadores del sector público los días 25 y 19 de diciembre / Europa Press

Competencias del Gobierno central

En su rechazo a esta convocatoria a la huelga, el portavoz del Gobierno aseveró que las exigencias tanto salariales como de temporalidad no corresponden a las competencias del Ejecutivo vasco, sino que dependen del Gobierno central. En concreto, al referirse a la modificación de los topes salariales reclamada por los diferentes sindicatos, Zupiria recordó que estás aparecen recogidas en los Presupuestos Generales del Estado, los cuales "obligan a todas las administraciones" a cumplirlas. 

Unos incrementos que como aseguró el consejero "fueron pactados para tres años por el Gobierno con CCOO y UGT y son de obligado cumplimiento, también para el Gobierno vasco y sus entes, las diputaciones forales y los ayuntamientos". Además, respecto a la reducción de la temporalidad, insistió en que las administraciones vascas ya se comprometieron en su momento a reducir la inestabilidad a niveles por debajo del 8% en todos los sectores de Euskadi.

Para ello, Zupiria recordó que "se han puesto en marcha multitud de Ofertas Públicas de Empleo (OPE)" y se ha abierto un "proceso de consolidación de puestos de trabajo en todos los niveles institucionales" de Euskadi. Aquí, el portavoz del Ejecutivo puso de ejemplo convocatorias como la de Osakidetza, con las que se pretende cubrir 7.639 plazas, con el objetivo de "llenar los puestos que puedan estar vacíos", al tiempo que se refuerza el Servicio Vasco de Salud.

Por otra parte, respecto a las exigencias salariales de los sindicatos, quienes reclaman aumentar los sueldos por encima del 10%, el consejero vasco recordó que los topes salariales "están incluidos en la Ley de Presupuestos Generales del Estado que obligan a todas las Administraciones públicas del Estado español y que comprometen las subidas salariales de todos los trabajadores públicos de este".

Manifestación de los trabajadores de Implika / ELA

Un escenario de máxima tensión

Esta convocatoria avalada por todos los sindicatos excepto UGT se produce en uno de los momentos de mayor tensión para el Ejecutivo vasco. Los de Urkullu parecen contar con cada vez más fuegos que apagar, ya sea por cuestiones prolongadas en el tiempo como la crisis de Osakidetza o el conflicto laboral entre el Departamento de Seguridad y la Unidad Sindical de la Ertzaintza -a la que se sumó el colectivo Ertzaintzas en Lucha-; u otros más puntuales como el reciente choque entre el Departamento de Educación y las empresas encargadas del transporte escolar en Euskadi que durante varios días afectó a más de 7.000 familias.

Sucesivos y constantes encontronazos con los diferentes sectores laborales de Euskadi que empiezan a hacer mella en la imagen del Gobierno autonómico, pero sobre todo en un PNV que se ve cada vez más arrinconado y cuyas críticas han ido en aumento. Muestra de ello es la pérdida de confianza que en los últimos comicios llevó a los jeltzales a cosechar algunos de sus peores resultados electorales en su historia reciente, y que ahora amenaza con un posible 'sorpasso' de EH-Bildu a los nacionalistas en las autonómicas de 2024.