
Imanol Pradales cumple un año como lehendakari.
Las dos asignaturas pendientes de Pradales en economía
Este domingo se cumple un año de la llegada al poder del lehendakari, con algunos logros pero con objetivos todavía por hacerse
Más información: Pradales, año I: pactos en lo público, dudas en la industria y choques con el PSE
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Este domingo, 22 de junio, se cumple un año exacto desde que Imanol Pradales fue elegido como lehendakari en Gernika.
Pocas veces un titular puede resumir mejor las cosas que este que hicimos hace una semana como balance del primer año del lehendakari en Ajuria Enea: "Pradales, año I: pactos en lo público, dudas en la industria y choques con el PSE", firmado por nuestra compañera Andrea Lobera.
Eso es exactamente lo que ha pasado. Hemos visto muchos rifirrafes con sus socios socialistas, como con la inmigración, con el Tren de Alta Velocidad o con el euskera en las OPE, aunque parece que los socios se llevan razonablemente bien. Habrá que ver, eso sí, hacia dónde va la relación con ese caso Cerdán de corrupción que tanto influye en la política nacional.
Hemos visto pactos muy relevantes en el sector público, con el acuerdo para renovar el convenio en la Ertzaintza y con ese acuerdo histórico en la Educación, aunque está por ver qué ocurre con el famoso pacto de Osakidetza, que precisamente esta semana parecía atascarse.
Siguen las dudas en la industria. Hace una semana el Gobierno vasco anunciaba ese plan para movilizar hasta 12.000 millones de euros de inversión privada, se han hecho otros anuncios importantes y un largo etcétera. Pero los problemas continúan en este ámbito. Así lo atestiguan graves conflictos laborales que hemos ido contando en Crónica Vasca.
El talante positivo y centrado en llegar a acuerdos está bien, pero tiene que hacerse realidad con pactos tangibles
Quizás la industria sea la gran asignatura pendiente de este Gobierno de Pradales mirando al futuro. Porque, insisto, ha habido grandes anuncios pero no siempre se han materializado, como por ejemplo ocurre con el caso de Talgo.
El talante positivo y centrado en llegar a acuerdos está bien, pero tiene que hacerse realidad con pactos tangibles. Así, en esa tensión, podríamos resumir el balance de este primer año de Pradales.
Hay que añadir que en este año parece, al menos parece, que han mejorado las relaciones entre el Gobierno vasco y la patronal, Confebask, a cuya presidenta entrevistamos precisamente este domingo.
No hay que olvidar que el PNV de Urkullu y Ortuzar, sobre todo este último, apoyó algunas medidas en el Congreso de los Diputados que no gustaron nada a los grandes empresarios vascos.
El caso de la patronal entronca con la otra gran asignatura pendiente de Pradales en materia económica: ahormar un gran diálogo social en el que se incluyan los sindicatos nacionalistas, que son los más combativos, para hacer frente a desafíos como la creación de un SMI vasco.
A este primer año de Pradales deben ponerle nota los ciudadanos, ustedes. Aquí nos limitamos a seguir informando para ver si dentro de doce meses, en el año II del lehendakari, se cumplen los objetivos pendientes o todo se queda en anuncios grandilocuentes.