Sociedad

"Siempre hay una mirada negativa hacia las generaciones más jóvenes y todo lo que hacen"

El psicólogo donostiarra Kike Esnaola asegura que esta generación será una de las que peor salga de la pandemia por " lo vulnerables e invisibilizados que están"

3 enero, 2022 05:00

Si ha habido un sector señalado durante toda la pandemia ese ha sido la hostelería. Y si ha habido un sector de la población también cuestionado constantemente, ha sido el de los jóvenes. Aunque según el CIS un 67% de la población asegura estar poco o nada de acuerdo con la afirmación de que "la juventud sólo ha pensado en hacer botellones" durante la crisis sanitaria, la realidad es que en numerosas ocasiones han sido incluso "criminalizados". En estos meses hemos vivido episodios de botellones, macrofiestas o violencia, pero estigmatizar y generalizar nunca ha sido una buena opción. Y con ellos se ha hecho. 

Y sin hablar del panorama económico y laboral al que se están enfrentando. En ese sentido, la población más joven vuelve a pagar los platos rotos en una crisis. Si en la anterior del 2008 quedaron tocados, en esta provocada por la pandemia se han visto muchos de ellos fuera del paraguas de las medidas de protección social, como los Ertes. El problema de fondo es la precariedad laboral, que termina afectando a sus rentas, acceso a vivienda y estabilidad profesional. 

Kike Esnaola es Psicólogo General Sanitario especializado en conducta alimentaria, diversidad sexual y de género y Orientación Educativa. Actualmente desempeña su labor como psicólogo en el Centro GU de Donostia y en su consulta privada. También se dedica a la divulgación en redes en sociales en su cuenta @forapsico. Con él repasamos cómo ha sido este segundo año de pandemia para los jóvenes y cómo la 'fatiga pandémica' ha impactado de lleno en su salud mental. 

¿Han sido o están siendo los jóvenes el colectivo que peor está llevando estos casi dos años de pandemia?

No sé si es el colectivo que peor lo está llevando, pero sí que es uno de los más vulnerables y sin embargo de los más invisibilizados. Parece como que tenemos esa creencia de que los jóvenes pueden con todo. Es un colectivo muy, muy vulnerable porque está en plena construcción psicológica, en pleno desarrollo psicológico y ese desarrollo psicológico necesita una serie de circunstancias que estimulen.

Y un proceso saludable y que muchas veces, en este contexto, no se no se puede dar porque sus relaciones y contacto social se han reducido desde la cuarentena. Hay un montón de elementos que no están permitiendo que ese desarrollo psicológico se produzca y eso puede dejar unas secuelas bastante potentes a nivel de salud mental y a nivel de desarrollo.

¿Y cuáles pueden ser esas secuelas?

La mayoría de las reacciones están siendo adaptativas. Los psicólogos decimos reacciones adaptativas cuando se producen los trastornos adaptativos, es decir, trastornos que tienen que ver con la adaptación a las circunstancias y que pueden generar malestar psicológico. Por ejemplo, puede pasar cuando la muerte de un familiar, pues la adaptación a la muerte de un ser querido, pues normalmente es atravesar un duelo al que hay achacado tristeza. Negación hasta que llegamos aceptación y eso sería muy parecido,

Es decir, se están produciendo situaciones anormales en los adolescentes, y ante ellas se están dando reacciones normales, que son reacciones de malestar. Lo que pasa que está sucediendo en momentos de desarrollo muy importantes y sí que pueden estar impidiendo la consecución de ciertos hitos del desarrollo que son importantes para poder tener esa buena salud mental. Entonces, las reacciones que están teniendo son normales, pero sí pueden tener consecuencias a largo plazo.

A lo largo de estos meses se les ha señalado en numerosas ocasiones e incluso criminalizado por algunas conductas, ¿esos comentarios como les llegan a ellos?

Yo creo que todo esto también viene de las diferencias generacionales y de la percepción que se tiene como sociedad de la Generación Z ahora mismo, como la generación de cristal, la generación que se asocia mucho con la debilidad.

Desde mi punto de vista una generación siempre muy mal entendida porque es una generación que reivindica, que se queja y que muestra su vulnerabilidad. Evidentemente todas las cuestiones generales deben ser revisadas con una mirada crítica pero con ellos no se hace. Se les ha demonizado y no se trata de entender sus reacciones más allá de las fotos de los botellones o de las conductas irresponsables. Hay que entenderlo como un marco en el que les hemos apretado muchísimo y hemos usado constantemente la prohibición y claro puede llegar la explosión. 

El psicólogo donostiarra, Kike Esnaola. / CV

El psicólogo donostiarra, Kike Esnaola. / CV

¿Ha sido quizás una manera de rebelarse en cierta manera?

Sí, creo que de rebelarse y de comunicarse y al final de expresar lo que sienten. Tenemos que entender que es un colectivo que tiene la característica de estar un poco intentando explotarse a si mismo y llevarse al límite hasta el final. 

Jugar un poco con toda esta parte de los límites, que son la característica principal del adolescencia, y claro ahora está siendo una situación social llena de límites y entra dentro de lo esperable que los adolescentes estén intentando, pues llevar el límite hasta sus extremos, para ver hasta dónde y hasta dónde. Todo entra dentro del desarrollo normal del adolescente. 

Una de las cuestiones que más se ha recortado estos meses ha sido el ocio que es tan importante para ellos, ¿les ha afectado tanto?

Sin duda alguna. Para poder encontrar un desarrollo psicológico saludable, un equilibrio en la regulación de las emociones, ir definiendo la propia identidad, que son elementos imprescindibles para poder gozar de una salud mental, la socialización es un de los elementos clave. 

A partir de los 12 13 años, de ese adolescencia, los niños y las niñas y los preadolescentes pasan de buscar ese puerto de refugio, esa referencia, esa seguridad en sus familiares, padres, madres, tutores legales a que sean los iguales, sus compañeros, amistades. Y en sus relaciones con sus iguales es donde desarrollan todas esas habilidades. 

Al recortarles esto, genera un impacto en su capacidad de socialización y en otros procesos derivados

Y a esto hay que sumar la crisis económica que ha derivado de la sanitaria y que impacta aún más en la precaridad laboral que ellos sufren crónicamente, ¿esto puede generarles aún más sensación de desolación o desmotivación?

Sí, totalmente. Se están dando unas circunstancias de crisis económica que van a estar acompañadas de un panorama laboral muy precario y de muchísima incertidumbre que son una combinación de factores ambientales muy estresores . Y seguramente incrementará a las desigualdades que ya venimos experimentando de siempre, en las familias y les cueste aún más encontrar oportunidades. Yo creo que sin duda van a ser uno de los colectivos más más afectados, sin duda.

¿Y cómo sería su comportamiento de cara a si tuvieran que afrontar otro año más de pandemia? 

Pienso que toda la población estamos experimentando una fatiga psicológica importante que muchas veces despierta una respuesta de cierta desesperanza, y también algunos elementos que son bastante impredecibles, porque parece que no termina de instaurarse una nueva normalidad. No tenemos muy claro si hemos perdido aquella normalidad de la que veníamos.

Por tanto, hacer un proceso de adaptación, de duelo también, de soltar lo que teníamos para reconstruir una nueva normalidad. Y eso está siendo complicado, porque las circunstancias están constantemente cambiando y obligándonos a readaptarnos. No se puede predecir cuál seria la respuesta pero desde luego va a estar condicionada por la fatiga mental y la fatiga psicológica, lo que puede predisponer a que exista todavía menos control sobre nuestros actos y conductas y que las respuestas puedan ser más emocionales, más viscerales y más desde las necesidades más primarias.

Hay algo que se escucha mucho sobre ellos y es que son una generación que "solo vive el momento", pero quizás es porque no les queda otra opción... 

Si, y es curioso y paradójico porque además se dice de una manera como negativa. Y ahora toda la población parece estar aterrizando sobre esa idea del aquí y ahora, del mindfullness… pero luego miramos a la generación de nuestros jóvenes desde un lugar crítico sobre esta creencia. Y yo creo que es una lección. 

Hay una mirada muy negativa de la generación Z por las generaciones anteriores. Es un poco la mirada social general, porque es verdad que es una, es una generación que está hablando muchísimo de cómo se siente y que ha experimentado una maduración con límites muy distintos a los que hemos tenido otras generaciones. Eso también está generando impacto y nuevos retos generacionales. Y eso es bueno y las anteriores generaciones igual lo ven como una amenaza. 

Todo esto ha llevado a que los problemas de salud mental hayan crecido notoriamente entre este colectivo.

Sí, sí, sin duda, en toda la población y en la población infantil y juvenil especialmente. Y es algo totalmente comprensivo con las circunstancias que estamos viviendo y que tiene que ver con ciertos hitos del desarrollo de la maduración psicológica sana. 

La mayoría de los de los cuadros y los que han experimentado un mayor aumento son los cuadros depresivos y de ansiedad. Las circunstancias tienen mucho de incertidumbre y eso generan estrés y muchísima angustia y ansiedad. 

Es verdad que los trastornos mentales graves no han experimentado tanto crecimiento como lo han podido experimentar los trastornos mentales menos graves, como los que estoy planteando, sin quitarle hierro al asunto, porque un trastorno depresivo, trastorno de ansiedad, puede ser mortal. Esto creo que también pone de manifiesto que la cultura está cambiando, que ellos pues está respondiendo en relación también a esa cultura y que hay mayor visibilidad a la salud mental.