Alberto Pascual (Aslan): "La intuición marca la diferencia entre la IA y el ser humano"

La Inteligencia Artificial es ya una herramienta de trabajo más en miles de empresas vascas, especialmente en las que forman el tejido tecnológico e innovador del territorio. Sus cualidades le han hecho posicionarse como un aliado estratégico y necesario para el crecimiento empresarial, sin embargo, son muchos los trabajadores y empresarios que todavía son reticentes a introducirla en sus compañías. 

“Hay dos tipos de IA, la generativa y la embebida en los propios productos”, detalla Alberto Pascual, presidente de Aslan -asociación que agrupa más de 180 empresas del sector tecnológico- preguntado por cómo esta herramienta es utilizada precisamente en el sector tecnológico. 

Matiza la diferencia entre los tipos de Inteligencia Artificial porque, a pesar de que esta “es ya transversal”, cada tipo de IA se utiliza con un objetivo diferente. La más popular: la generativa, “la que está marcando el paso en los últimos meses”, utilizada para “mejorar la productividad en ámbitos como el marketing o en el propio trabajo personal, automatizando las tareas más repetitivas”, explica.

Aunque esta es la más sencilla, la más habitual es la que va ya embebida en los propios productos que se producen por estas compañías tecnológicas, apunta, como control de tráfico, atención personalizada a los clientes o ciberseguridad. 

La IA puede facilitar los ataques en Internet o ser una herramienta para protegerte contra ellos EFE

Ciberseguridad y ámbito sanitario

La IA, como toda herramienta, puede utilizarse para el bien y para el mal”, responde preguntado por la seguridad de esta herramienta; “es cierto que, por ejemplo, los hackers están sacando mucho partido a la IA, pero también esta nos ha servido para anticiparnos a esos ataques”. 

Pascual ve esta herramienta como “un auxiliar en el que nos podemos ayudar, pero no basar todo nuestro trabajo”, y pone un ejemplo más: el ámbito sanitario. Asegura que en el análisis de imágenes “esta ha demostrado una fiabilidad muy alta porque es buena en identificar patrones y su anomalía”. 

La IA debe ser una herramienta fundamental para mejorar la productividad de las empresas EFE

 La intuición marca la diferencia

Aunque Pascual admite comprender el ‘miedo’ de la gente, insiste en que la Inteligencia Artificial no podrá superar el conocimiento humano. Y es que, explica, “la IA emula el funcionamiento del cerebro, y este lo que hace durante todo el día son inferencias, es decir, a partir de unos datos llegamos a una conclusión. Hay tres tipos de inferencias, la deductiva, la inductiva y la abductiva, basada en la intuición; la IA puede replicar las dos primeras pero no la tercera, básicamente porque los humanos ahora mismo desconocemos los mecanismos de la propia intuición. La diferencia entre el ser humano y la IA es esta, y, por el momento, está muy lejos de poder emularse”. 

A pesar de esto, Pascual insiste en la necesidad de que las empresas se adapten a ella para no quedarse atrás, porque “uno de los mayores problemas que tenemos las empresas es la productividad y la IA lo que consigue es elevarla. Así que sí, efectivamente, las empresas que no usen todo lo disponible para mejorar su productividad, incluida la IA, se va a ir descolgando”, concluye.