Hacia el ansiado final de la conflictividad en el sector público vasco

Cara y cruz para el Gobierno vasco en su gestión de los funcionarios. Esta semana hemos visto el acuerdo para un nuevo convenio en la Ertzaintza, con los sindicatos mayoritarios votando en sentido positivo, pero también hemos visto que en Educación llegan más jornadas de huelga.

Hay que tener en cuenta que desde que Imanol Pradales llegó a la Lehendakaritza ha tenido como uno de sus principales objetivos frenar la conflictividad en el sector público. Una conflictividad que tan lejos llegó en la anterior etapa, la del Gobierno de Iñigo Urkullu, cuando se vivía un fuerte enfrentamiento con los sindicatos de funcionarios.

Ya hemos contado aquí que en el caso de Osakidetza se perciben avances positivos hacia un Pacto de Salud. Ahora parece, como decimos, que en la Ertzaintza las cosas van por buen camino. Sin embargo, los problemas siguen en Educación.

Esto nos lleva al meollo de la cuestión: el Gobierno vasco tiene que afrontar de una vez por todas la cuestión educativa.

Aquí siempre abogamos por el diálogo sincero entre diferentes. En este caso hace falta, además, inyectar todo el dinero que haga falta para que a la educación pública vasca no le falte de nada, para que por fin se renueven los convenios y para que, por ello, por fin se acabe la conflictividad en las escuelas.

En la difícil negociación de Gobierno y sindicatos se tendrá que llegar a puntos intermedios, como pasa en toda negociación, pero parece que en un momento tan complejo como el actual, con el desafío arancelario de Trump que tanto perjudica a la industria vasca, ahora seria positivo ese final de la conflictividad. Son necesarios esos acuerdos para el funcionariado y, por tanto, para mejorar la vida de los ciudadanos.