El largo ocaso de Alfredo de Miguel: de número dos del PNV alavés a perder el carné y el puesto
Conocido como 'Txitxo', el líder de la trama corrupta alcanzó grandes cotas de poder en el partido, hasta que esta trama acabó con su carrera...pero no con su puesto en una sociedad pública. Hasta ahora, el final de su escapada
11 enero, 2023 05:00Su amanecer político no fue tan largo como está siendo su ocaso. Alfredo de Miguel (Bilbao, 1972) perderá en los próximos días su carné de militante del PNV y su puesto en la sociedad pública Hazi, donde ha estado trabajando durante los tres últimos años pese a la condena de la Audiencia Provincial de Álava.
Este martes, al conocerse la sentencia definitiva del Tribunal Supremo, el Gobierno vasco anunciaba el inminente despido del citado puesto y el partido desvelaba que el expediente de expulsión está ya horneándose. Así las cosas, De Miguel, que llegó a ser el número dos del PNV alavés, consejero de Caja Vital y diputado foral, entrará en prisión sin afiliación y sin trabajo al que volver cuando cumpla su condena. Todo lo que logró derrumbado. Todo lo que pudo ser perdido. Todo extraviado por una ambición mal entendida.
Conocido como 'Txitxo', con grandes cotas de poder en el partido y señalado por casi todos como la mano derecha de Iñaki Gerrenabarrena, entonces presidente del PNV alavés, su carrera política iba viento en popa hacia un futuro de éxitos. Hasta que todo se truncó. A finales de 2009, la letrada Ainhoa Alberdi denunció ante la Fiscalía que el entonces diputado foral le reclamaba una comisión de 100.000 euros por intervenir en una adjudicación a la empresa Urbanorma, de la que ella era administradora.
Poco a poco, como en una tortura de gota malaya, fueron aflorando en la prensa primero y en los tribunales después los turbios manejos de Txitxo y sus compañeros de aventuras. Varios miembros de la trama y sus empresarios afines se conocían precisamente por haber coincidido en EGI, las juventudes del PNV, en los años noventa. Todos eran 'burukides' o adláteres que, como demuestra la sentencia del Supremo, se creyeron por encima del bien y del mal.
Junto a sus compinches Koldo Ochandiano y Aitor Tellería montó una empresa, Kataia Consulting, que los tres pusieron a nombre de sus respectivas esposas y que se convirtió, sentenciado está ya, en el epicentro de una trama corrupta. Facturas falsas, trabajos ficticios, testaferros, comisiones... Amiguismo y desenfreno. Que el ritmo no pare. Dinero fácil. Al cabo, su tumba política y social.
Al ser detenido, allá por 2010, así de lenta es la justicia, De Miguel renunció a todos sus cargos. Tuvo sus más y sus menos con la dirección del PNV, a la que según cuentan las crónicas pedia un apoyo que solo logró al principio, con aquella histórica visita al Parlamento vasco de la mano de Joseba Egibar en 2011, como momento álgido. Sin embargo, los 'burukides' vizcaínos, encabezados por un tal Iñigo Urkullu, tenían claro que había que soltar lastre. Algo olía a podrido.
Finalmente abandonado por su partido, se reincorporó a Hazi, heredera de IKT, donde había logrado un puesto muy bien remunerado antes de su caída en desgracia. Eran los días de vino y rosas en que todos en el PNV alavés conocían al inagotable Txitxo, que siempre estaba ahí y que podía conseguirlo todo para los amigos... Tiempos pasados y no necesariamente mejores.
El proceso judicial terminó en la condena de 2019 a 13 años de cárcel por múltiples corruptelas. El mismo tribunal que juzgó el caso optó por no enviarle a prisión hasta que hubiera sentencia firme. Así, ha seguido viviendo del dinero público durante más de tres años pese a la primera decisión judicial. Siempre ha habido clases. Y también entre los condenados.
Solo hace unos días, quizás como última mascarada antes de la muerte anunciada, conocíamos que De Miguel había representado al Gobierno vasco en algunos foros porque según la discutible versión gubernamental no podían expulsarle de su puesto, paradojas de la vida, ese mismo que consiguió, casualidades también de la vida, cuando todo iba de cara en el partido... Pero la impunidad no es eterna. El final de su escapada ya está aquí. Sus delitos le llevarán a dormir entre rejas. Repudiado por su corrupción.