Ruta por los flysch.

Ruta por los flysch.

Sociedad

Esta es la ruta con los acantilados más increíbles de Euskadi para hacer una escapada de fin de semana

Un plan que invita a todo aventurero a conocer los acantilados más bonitos a los que solo se puede acceder a pie o por mar. Una huella no tan conocida y que no deja a nadie indiferente.

26 septiembre, 2023 10:28

Euskadi está repleto de paisajes preciosos para ver formados por la propia naturaleza. Entre los municipios de Hondarribia y Pasaia, en la provincia de Gipuzkoa, se encuentra uno de los más increíbles. 

Se trata de un plan en la costa que invita a todo aventurero a conocer los acantilados más bonitos a los que solo se puede acceder a pie o por mar. Una huella no tan conocida por muchos y que no deja a nadie indiferente. 

La impresionante costa de Jaizkibel

En la costa de Jaizkibel es donde empieza la aventura, donde se aprecia la belleza que dejan sus playas y sus rocas. Unos materiales erosionados por el viento y agua cuya erosión ha dejado unas láminas de 240 metros de altura en la costa vasca. A estas facies rocosas se les conoce como los flysch

La ruta comienza con la frontera de agua que marca el río Bidasoa, donde se abre la bahía de Txingudi. Cerca se encuentra la comuna francesa de Hendaya, con casas del siglo XIX de arquitectura neovasca en la zona de playa y de las que resaltan los colores. Justo en la orilla del Txingudi aparece el precioso municipio de Hondarribia, donde poder revivir su pasado medieval. 

El trayecto continúa por el monte Jaizkibel, donde pueden observarse restos de torreones y bastiones, y la ermita de Guadalupe, casa de la patrona de Hondarribia. El faro de Higuer, el más alto de la costa cántabra, por su parte, es un buen mirador. Además, la ruta ofrece un maravilloso espectáculo gracias a los flysch, que lo crean unas láminas coloridas de rocas calizas, areniscas y pizarras con margas y arcillas. 

Jaizkibel, asimismo, cuenta con las paramoudras, que son unas esferas de roca de un metro de diámetro, y decenas de especies como halcones, paiños europeos y cormoranes moñudos, entre otros. Así como la vida marina que existe en sus fondos. El trayecto termina al fondo de la bahía, en el pueblo de Lezo, de donde es famosa la imagen de un Cristo bizantino dentro de su basílica, milagrosa para los balleneros de antaño. 

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