Urkullu proclama que Euskadi "necesita" a los empresarios en pleno pulso con los sindicatos

Es el eje central del argumentario de ELA y LAB para no acudir a la mesa de diálogo social: que el Gobierno vasco mira por los intereses de la patronal y no por los de los trabajadores. Más allá de lecturas sindicales, es cierto que las relaciones entre el lehendakari Iñigo Urkullu y las centrales vascas viven un momento muy delicado con el sector público como frente principal mientras la sintonía con los empresarios es total.

El acto de celebración del 40 aniversario de Confebask fue una nueva muestra de ello. Fue en general un cónclave plagado de alabanzas hacia la labor empresarial y, en ese sentido, el lehendakari fue uno más a la hora de reivindicar la función tractora de las empresas para el bienestar social. Sus palabras en cambio son relevantes en la medida en que, como remarcaba la propia presidenta de la patronal, Tamara Yagüe, hay un cierto cuestionamiento de su papel desde ciertos espacios sindicales, políticos incluso institucionales.

"Este país os necesita y os apoya", señaló Urkullu apenas unos minutos después de que Yagüe reclamara para los empresarios "un mayor reconocimiento social" y lamentara que "buena parte" de la política y los medios de comunicación "no nos acompañan". El lehendakari, cuyo gobierno viene manteniendo una buena relación con la plana mayor de Confebask (sí han saltado chispas en momentos puntuales a nivel de partido, la última ocasión con las visiones divergentes de patronal vasca y PNV sobre la reforma laboral), quiso dejar claro su respaldo a los empresarios.

"Tengo muy presentes las consecuencias de la crisis de 2008, la pandemia, la invasión de Ucrania, la inflación, los precios de la energía, la subida de tipos de interés. Hemos tratado de estar siempre cerca con el objetivo de contribuir a mantener la actividad, el empleo y el bienestar de este país", dijo el lehendakari en el acto celebrado en el museo Guggenheim.

El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza.

Críticas por las huelgas

Todo ello en un momento de mucha tensión entre el Ejecutivo vasco y las direcciones de los principales sindicatos, sobre todo con ELA. Con elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, el lehendakari viene mostrando su malestar por la batería de huelgas convocadas en este arranque del curso, principalmente en servicios públicos clave como la educación u Osakidetza.

Una estrategia sindical, la de las huelgas, que según Urkullu beneficia a EH Bildu y que traza un dibujo de malestar social que, a su juicio, no se corresponde con la realidad de Euskadi. Aquella lectura del lehendakari fue muy criticada no solo por los máximos dirigentes de ELA y LAB, es que también Loli García, de CCOO-Euskadi, le reprochó que mezclara la cuestión política con lo que son las reivindicaciones de las plantillas dependientes de la administración.

Se viene, en definitiva, un otoño caliente a nivel sindical en el sector público casi encadenado a lo que han sido un par de años también muy movidos en lo privado por la renovación de convenios de sectores y empresas de gran tamaño. "No es un récord Guinness para sentirse orgullosos", decía en el Guggenheim Antonio Garamendi, presidente de CEOE, sobre el alto número de huelgas que se producen en Euskadi.