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Muere el histórico directivo de Aceros Olarra Carlos Álvarez
La jubilación de Larrea y el fallecimiento de Álvarez, tan cercanos en el tiempo, suponen un punto de inflexión para la empresa
Aceros Olarra reordena su dirección tras la jubilación de María Jesús Larrea
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Aceros Olarra afronta en poco más de un mes un doble vacío en su cúpula directiva. A finales de junio, la compañía anunciaba la jubilación de María Jesús Larrea, coordinadora general y figura clave en el día a día de la acería vizcaína.
Aunque compartía la dirección con Carlos Álvarez Martínez de Zurbitu, era Larrea quien, por la edad y la progresiva retirada del veterano directivo, asumía el mayor peso en la gestión. Aquella salida marcaba el cierre de una etapa y abría un proceso de transición interna estará marcado aún más marcado con la muerte de Álvarez, a los 80 años, según informó El Correo.
La noticia del fallecimiento de Álvarez se conocía este jueves, apenas un mes después de que desde Crónica Vasca se avanzara que seguiría oficialmente al frente de Aceros Olarra, propiedad del grupo italiano Rodacciai, tras la retirada de Larrea. Su presencia en el organigrama se interpretaba como un factor de estabilidad en un momento de cambios, un puente entre el pasado de la compañía y su futuro bajo una nueva estructura directiva.
Carlos Álvarez formó parte de la historia reciente de la siderurgia vasca, contribuyendo a consolidar la posición de Aceros Olarra en un sector marcado por la competencia global y la innovación tecnológica.
Álvarez Martínez se convirtió en uno de los rostros más reconocibles de la acería. Su trayectoria estuvo asociada a momentos clave, como la integración en Rodacciai, que supuso un impulso en la proyección internacional de la firma.
La jubilación de Larrea y el fallecimiento de Álvarez, tan cercanos en el tiempo, suponen un punto de inflexión para la empresa. La pérdida de sus dos referentes directivos obligará a redefinir con urgencia la estructura de mando y los planes de sucesión. Más allá de las funciones formales, ambos acumulaban un conocimiento profundo de los procesos industriales, del mercado y de la propia cultura interna de la compañía, elementos que no siempre se transmiten fácilmente en un relevo.
Aceros Olarra, con sede en Loiu y especializada en aceros inoxidables, encara ahora una etapa de incertidumbre y de necesaria reorganización. La coincidencia de estas dos salidas obliga a la acería a acelerar decisiones que marcarán su rumbo en los próximos años, en un contexto de mercado en el que la experiencia y la cohesión interna son tan valiosas como la capacidad de innovar.